Siempre he dicho que la discapacidad, al igual que la vida, tiene sus dos lados, tanto el del aprendizaje como el de la culpa e insatisfacción, pero finalmente eso depende de cada uno que la vive y del entorno en el cual se ve inmerso. Justamente, de ello les quiero platicar.
La semana pasada, tuve la oportunidad, por parte de mi trabajo, de asistir al CETIS 105, el cual tiene un programa de preparatoria abierta para que los chicos que tienen algún tipo de discapacidad puedan continuar con sus estudios al igual que cualquier estudiante.
Dentro de la plática del taller para padres que hubo, se tocó el tema de sexualidad y de la manera en la que lo han abordado con sus hijos y les comentaba que la edad idónea para comenzar a hablar de esos temas era desde los seis años o un poco antes, justo cuando el niño o la niña comienza a tener inquietudes en su cuerpo, y no esperar hasta que en la escuela se hablen de esos temas para retomarlos en casa.
Una de las mamás comentó que hace poco una amiga le preguntó “si ya había internado a su hija, porque estaba muy bonita y para que no quedara embarazada”, para esto les comento que su hija tiene retraso intelectual y alrededor de 12 años de edad y comentaba la mamá que el mismo Gobierno les ofrecía las cirugías sin costo alguno. Al escuchar eso, mi corazón se partió en dos.
Cómo es posible que la gente prefiera causarles dolor a sus hijos y atentar con sus derechos y su integridad humana que hablar con ellos sobre temas relacionados con la sexualidad, el cómo cuidarse y darse a respetar. Me queda claro que hay una discapacidad de por medio y que tal vez algunas cosas puede que les cueste más el poderlas comprender, pero no nos olvidemos que son seres humanos que piensan y sienten. Al igual que nosotros, muy probablemente ellos tengan el deseo de formar una familia, y que no se trata solo de querer, sino darse cuenta de todas las responsabilidades que esto implica, ver si están dispuestos como familia a salir adelante.
No se tiene que aprender una sexualidad diferente. Solo se trata de darles las herramientas para que puedan trabajar en su identidad propia y en su autoestima, y tomar la decisión con ellos.