Al hablar de desigualdad no solo son ingresos, o riqueza. Tiene que ver actualmente con un camino de vida, facilitador de educación, salud, servicios públicos e infraestructura adecuada
Liz Durán
En México, nuestros Gobiernos a cualquier nivel desde hace décadas se escuchan que “se combate a la pobreza”, pero eso es la diferencia que intenta la ONU sugerirnos detonar de manera diferente. Que, como política, no se concentre en erradicar la pobreza, más bien en quitar brechas de desigualdad.
Desigual, según la academia, significa dificultoso, desproporcionado respecto a las posibilidades existentes de realizar una cosa.
Es así, que al hablar de desigualdad no solo son ingresos, o riqueza. Tiene que ver actualmente con un camino de vida, facilitador de educación, salud, servicios públicos e infraestructura adecuada.
¿Nota desigualdad en alguno de estos rubros, para los habitantes de alguna zona de su ciudad?
¡Ahí debemos enfocarnos! y trabajar todos, desde los ciudadanos en manifestar esa desigualdad, hasta el funcionario que señala prioridades en los planes de desarrollo, o los encargados del Poder Legislativo, a fin de mejorar las condiciones a futuro –sin importar si ese grupo social tiene o beneficia al poder– para todos los habitantes de manera democrática a fin de no dejar a nadie atrás.
Cierto es que diario vemos un mundo desigual, pero cuando esta desigualdad nada tiene que ver con el gran esfuerzo por progresar, es terrible para la dignidad humana.
Ejemplo: las colonias donde las personas salen a las 05:00 am a trabajar, y regresan pasadas las 10 de la noche, esperando cuatro horas el transporte, y ver que siguen sin agua, alumbrado, banquetas o escuela pública para sus hijos; es cuando esa desigualdad daña a la sociedad, debilita el tejido social y la desconfianza en los Gobiernos.
Es así la manera en que se deterioran vidas, y la poca economía que logran se ve nula y opacada, por no alcanzar una mejor calidad de vida, donde puedan desarrollar todo el potencial en su vida personal, familiar y de comunidad. Por eso es urgente que los Gobiernos dejen de dar apoyos, dádivas para sectores vulnerables, para “salir” de la pobreza momentáneamente. Es mejor dotarlos de servicios y todos caminar con éxito comenzando a cubrir los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible).