Esta ocasión es una pandemia la que está marcando nuestras existencias, desde los más pequeños hasta los mayores
Raúl D. Lorea
Veo con tristeza que nuestras autoridades aún no nos informan que podemos volver a las actividades cotidianas, si bien no se le puede llamar “normalidad” a la nueva etapa que viviremos cuando superemos la pandemia, sí podemos decir que será una nueva realidad que mucho afectará en nuestras vidas y que, como ya sucedió, es un parteaguas.
¿Usted, amable lector, recuerda qué evento marcó su infancia? Yo recuerdo mucho el eclipse del 91, hasta suspendieron clases mi escuela, el fenómeno astronómico ocurrió
y lo vivimos entre leyendas, supersticiones y hechos científicos.
Esta ocasión es una pandemia la que está marcando nuestras existencias, desde los más pequeños hasta los mayores. La vida nos dio un giro de 180 grados y nos ha llenado de reflexiones y aprendizaje, cada uno de nosotros tiene una historia alrededor de estos casi 3 meses de cuarentena con eventos positivos y otros no tanto.
Aquí es momento de pensar en verdad ¿qué sigue para nosotros? No solo en lo individual, también como especie, debemos revalorar lo que no nos ha funcionado y lo que ha hecho que como sociedad esta pandemia nos haya tomado por sorpresa.
En la arquitectura ya se habla de esquemas nuevos de vivienda social, donde se fomente un espacio habitable digno y que permita una mejor salud mental de sus habitantes, el derecho a la privacidad, el respeto al medio ambiente, el derecho a espacios públicos dignos y arbolados, que brinden un ambiente sano y un entorno que contribuya a un mejor desarrollo personal de sus habitantes.
Sin embargo, en las ciudades donde se ha vuelto parcialmente a la realidad, se percibe que los automóviles volverán para conquistarlo todo nuevamente ¿lo debemos permitir en Querétaro?
Ya hay modelos de movilidad en países europeos, donde se privilegia a la movilidad peatonal, ciclista y al transporte público, dejando como segundo bloque al transporte de mercancías y servicios pasando por último al automóvil privado. No tenemos que inventar el hilo negro, las ideas ya existen y sólo debemos estudiarlas para aplicarlas localmente.
Lo importante será que de verdad logremos un consenso por el bien no solo de los que estamos, sino de los que vienen a habitar este bello y doliente planeta.