Desde hace semanas, Rusia ha incrementado sus ataques e incursiones en las provincias orientales ucranianas de Donetz y Luhansk
Alejandro Gutiérrez Balboa
La creciente escalada militar rusa al este de Ucrania ya puso a prueba la alianza militar de la OTAN en el mundo post Trump.
Desde hace semanas, Rusia ha incrementado sus ataques e incursiones en las provincias orientales ucranianas de Donetz y Luhansk (el Donbass), que quiere secesionar para después anexárselas y últimamente se ha podido observar el incremento de tanques y artillería pesada rusos enviados a la frontera entre ambos países, lo que hace temer un ataque directo.
Desde que se anexó ilegalmente Crimea en 2014, Rusia ha incrementado el envío de material bélico de tierra, aéreo y marítimo en la península, convirtiéndola en una fortaleza. Ahora pretende lo mismo con las provincias ucranianas.
Todo esto ha ocurrido ante la debilidad europea, incrementada en el cuatrienio de Trump. Si bien existe una considerable presencia de la OTAN en los países bálticos, la realidad es que la debilidad de éstos, de Finlandia, de Polonia y hasta de Suecia, ante una posible agresión militar rusa, seguirá jugando en favor de Putin en tanto los Estados Unidos y los grandes países europeos no le planten un alto.
Desde la anexión de Crimea, las provincias ucranianas orientales han visto la presencia de ejércitos irregulares rusos que han mantenido un estado de tensión, que ha causado numerosas muertes, heridos y la huida de muchos habitantes. Con todo, la escalada era limitada. Ahora se ve otra intención con el flujo masivo de material de guerra ruso.
Hace unos días, el presidente norteamericano calificó a Putin de “asesino” y dijo que pagaría su intromisión en las elecciones de 2020. Se nota una actitud muy diferente en el liderazgo norteamericano, pero sin un papel más agresivo de Inglaterra, Francia y Alemania, difícilmente habrá disuasión a las amenazas rusas.
Hoy, como al finalizar la guerra fría hace 31 años, dos bloques se enfrentan en Europa. Uno, liderado por Rusia, se muestra agresivo, ambicioso y expansionista. El otro, la alianza europea, muestra signos de debilidad e indecisión. Se requiere otra actitud.