El mandatario afirmó que no gobernará desde la Casa de Pizarro, el Palacio de Gobierno, para “romper los símbolos coloniales”
Alejandro Gutiérrez
Poca opción había para los peruanos entre un demagogo populista de izquierda y la heredera de uno de los gobiernos más corruptos y autoritarios que ha padecido la nación sudamericana. Pese a ello, muchos se alinearon a la figura de Keiko Fujimori, prefiriéndola para que no llegara José Pedro Castillo Terrones, y de todas formas llegó.
En su discurso de nombramiento de ministros, afirmó: “Nuestro gabinete es del pueblo y va hacia él. No defraudaremos su confianza”. Pero de inmediato nombró primer ministro al ultrarradical Guido Bellido, un admirador del grupo narcoterrorista Sendero Luminoso; los demás ministros tienen la mano del otro dirigente marxista, Vladimir Cerrón, un marxista en toda la línea.
En su toma de posesión, el nuevo presidente arremetió contra los españoles, sin ninguna consideración para el rey Felipe VI que se encontraba presente. Dijo que los “antepasados de los actuales peruanos vivieron en armonía durante cuatro milenios y medio, hasta que llegaron los hombres de Castilla”. Tampoco le importó que España es hoy el principal inversionista en el Perú.
El mandatario afirmó que no gobernará desde la Casa de Pizarro, el Palacio de Gobierno, para “romper los símbolos coloniales”. Esto lo dijo un supuesto indígena que se apellida Castillo y al que no le da la menor pena usar un enorme y ridículo sombrero, así como un atuendo idéntico al del boliviano Evo Morales.
Castillo ha anunciado que convocará una Asamblea Constituyente para cambiar la Constitución, al igual que sus admirados Hugo Chávez y Evo. Anuncia que el Estado tendrá una mayor intervención en la economía. También, anunció que solo recibirá el salario de un maestro y que buscará reducir a la mitad el salario de congresistas y ministros.
Nada nuevo bajo el sol. Otro payaso más en el horizonte latinoamericano, para desgracia de los peruanos que con muchísima dificultad habían estado fortaleciendo su economía y se habían repuesto algo de las desgracias de la guerra contra Sendero Luminoso y de gobiernos corruptos. Hoy, ya empezó la fuga de capitales y hay varios anuncios de cero inversiones para el Perú de varias empresas.