Los Blanchet
La configuración del mundo –su distribución, sus construcciones, su interacción y funcionamiento– podría hacer creer a un visitante externo, en una primera impresión, que está diseñada con base en el orden y la razón. Pero no tardaría mucho en darse cuenta, con solo rascarle un poco, de que no es así, de que nunca ha sido así.
La razón, como resultado del reconocimiento de la realidad, debería ser, en teoría, suficiente como hilo conductor de las decisiones y del rumbo que tomen las naciones en materia social y económica. Todo líder –nuevamente, en teoría– debería basar su liderazgo en la razón, a sabiendas de que ella constituye la directriz más segura para alcanzar el bien común, a pesar de que habrá que lidiar con los consabidos intereses, los legítimos y los ilícitos.
Lejos de ello, a lo largo y ancho del planeta, la fuerza bruta, el poder, es el motor, hasta el día de hoy, del diseño de la civilización humana, que ha convertido al mundo, desde tiempos inmemoriales, en una perturbadora colección de distorsiones y aberraciones. ‘El mundo feliz’ de Aldous Huxley ilustraba un futuro perfecto en apariencia, una utopía que, en el fondo, es manipulada por la fuerza y el control de grupos de poder e intereses invisibles para las masas, descripción no muy alejada del capitalismo rampante y sin acotamientos del siglo XX, verdadera jungla en la que impera la ley de la selva, el dominio del más fuerte.
Para decepción de muchos, el surgimiento de regímenes abanderantes del socialismo –la utopía de los de la acera de enfrente–, con sus consignas de igualdad y justicia social, terminaron siendo regímenes dictatoriales y represores, de acaparamiento del poder por una sola pandilla encaramada de manera vitalicia en él y, por otro lado, socialismos ‘light’, efímeros y sin mayor trascendencia.
En su artículo ‘Estado y crimen’, publicado en la revista Letras Libres de diciembre de 2014, Gabriel Zaid describe de manera soberbia la causa del surgimiento del Estado como lo conocemos actualmente, que no es otra cosa que la necesidad de seguridad que las comunidades humanas primitivas tenían ante la invasión de hordas rabiosas que las saqueaban y diezmaban, lo que obligó a sus pobladores a armarse y organizarse para contener dichos embates, para después regresar, una vez alejada la amenaza, a sus actividades normales. Con el tiempo, no faltaron quienes se propusieran como fuerza de defensa permanente, la cual terminaría ostentando el monopolio oficial de la violencia y, ya entrados en gastos, también el de la administración de los recursos, de la justicia y, por supuesto, de los privilegios. Es así como surge el Estado, a partir de grupos de naturaleza violenta, que con el tiempo y con algún grado de refinamiento desarrollaron sistemas de aparente legitimidad –las leyes–, para perpetuarse en el poder y repartírselo, lo que continuamos atestiguando al día de hoy, ni más ni menos. Nuevamente, la fuerza por la fuerza.
Así, pues, la razón, por sí sola, es insuficiente como motor del orden y de la justicia, en un entorno en el que las mayorías en el mundo parecen renunciar decididamente al desarrollo de la conciencia y al reconocimiento de la realidad para tomar las riendas de su propio destino. Es decir, despertar.
Despertar pareciera fácil, pero es un parto doloroso. De alguna manera lo aprendí cuando mi madre, a imprudentes horas del mediodía, abría violentamente la puerta de mi recámara estando todavía yo profundamente dormido, para increparme por la hora que en que llegué la noche anterior e interrogarme sobre cuantas “cucharadas” me había tomado. No hay derecho, pero ni hablar. Ella ostentaba el poder.
‘Love is in the air’
Es claro que las miradas hacia Querétaro se han multiplicado, ya que se ha convertido en un lugar de referencia en muchos aspectos; histórico, cultural, industrial y turístico. Pero esta última categoría está tomando una dirección diferente, al apostarle al ‘Love is in the air’. Sí, leyó usted bien.
Mariela Morán, flamante secretaria de Turismo del Estado, destacó en el Tianguis Turístico 2021, que se llevó a cabo en ‘la Ciudad Blanca’, Mérida, que Querétaro está preparado para el Turismo de Romance.
Me explico. Si analizamos el concepto, desde hace tiempo Querétaro ha sido un lugar favorito para la realización de bodas (y otros eventos) no solo para los locales, sino también para los foráneos, todo por su sólida infraestructura hotelera y restaurantera para realizar tan románticos eventos, compitiendo con lugares como San Miguel de Allende y Tequisquiapan. Esto por lógica genera una derrama económica importante, y más cuando vienen de “jueras”. La otra visión es que todo visitante se enamora de la belleza y limpieza de nuestra ciudad. Hablando en “namasté”, esto de que la gente nos vea con amor produce que Querétaro vibre alto. Siempre dije que es un lugar de luz –todavía– a pesar del derrumbe, en todos los sentidos, del resto del país.
Si a esto le sumamos las ‘diligencias turísticas’, autos del siglo pasado adaptados eléctricamente para poder pasear por la ciudad al puro estilo de José Doroteo Arango Arámbula, mejor conocido como ‘Pancho Villa’, pues ya estamos hechos. Pero si además le complementamos con su gastronomía, caminar por el Centro tomados de la mano, darse un besote en el mirador de los Arcos y luego tu casa o la mía… pues aquello ya se cocinó.
Con esta visión estamos seguros de que pronto Querétaro se puede posicionar como el ‘París Queretano’ y solo nos faltaría una Torre Eiffel, para lo cual recomendamos la torre de luz bien “choncha” ubicada en el rumbo del Mirador, que puede funcionar para ir amarrando el concepto.
Así que este par de tórtolos deseamos que Querétaro huela a pura feromona y a Rosa Venus. ¡’Bonne chance’!
El pumpe
Y siguiendo en la tónica de la buena vibra, queremos felicitar al Periódico AM Querétaro (AD Comunicaciones) por sus primeros 19 años, los cuales han estado marcados por el profesionalismo y el trabajo en equipo. ¡’Toutes nos félicitations’!
Le esperamos hoy por la noche en punto de las 9:00 en la KJeta, por el Canal 10 de RTQ, en señal abierta y de cable, y por ‘streaming’ en rtq.mx. Finalmente, le recuerdo que tenemos una cita aquí el próximo jueves… para echarnos otro caldito.
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