Hoy el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, llega a la mitad de su mandato.

Si bien diversas casas encuestadoras le dan altos niveles de aprobación de la ciudadanía, ciertamente aún le quedan muchos pendientes.

La economía, la seguridad y el combate a la corrupción son las asignaturas pendientes. En el primer punto todavía no se logra un crecimiento óptimo, aunque hay que tomar en consideración la situación mundial por la COVID-19, en la que el avance de las economías se detuvo ante la irrupción de un virus que generó un cierre casi total de muchas actividades.

En cuanto a la seguridad, si bien Querétaro es un modelo nacional en calidad de vida y bienestar, productos de políticas estratégicas enfocadas a la prevención social de la delincuencia y de modelos de justicia acordes al contexto, en todo el territorio mexicano no se tiene mucha claridad en torno a qué representa la política “abrazos, no balazos”, sobre todo porque los niveles de violencia no se han reducido en estados como Guanajuato, Michoacán, Guerrero, Zacatecas y otros más.

En lo que respecta al combate a la corrupción, si bien el presidente muestra una voluntad política para erradicar esta situación, no ha habido grandes resultados que apelen a acabar con la impunidad o encarcelar a exfuncionarios que cometieron robo al erario público.

Aún le quedan tres años y el tiempo apremia, pues la ciudadanía votó por un cambio. Ya se verá el avance en estos tres rubros.

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