Miguel Ángel Flores/Lo bueno, lo malo, lo peor
Lo bueno
¡Por fin llovió, y de qué manera! Después de que la Conagua reportó la crisis por sequía que padece el campo queretano, con al menos 10 de los principales cuerpos de agua y presas completamente secos, finalmente una fuerte precipitación cayó sobre la zona metropolitana de Querétaro. Este fin de semana el clima refrescó y las temperaturas bajaron. La temporada de lluvias llegó tarde, pero ya entregó su primera carga de agua.
Lo malo
Un histórico problema de la creciente mancha urbana son las inundaciones que con cada lluvia se registran en Querétaro. Muchas colonias de la zona norponiente sufrieron severas afectaciones. Nuevamente se evidenció que la infraestructura hidráulica y drenaje no son suficientes para conducir el agua de lluvia, mucho menos para contener y redireccionar los escurrimientos que se producen sobre las planchas de concreto. Falta mucha obra pública.
Lo peor
Tres factores se combinaron en la fórmula del desastre de este fin de semana: la mala planeación urbana que ha permitido el crecimiento descontrolado de fraccionamientos y viviendas, obstruyendo zonas naturales de amortiguamiento; la cantidad de basura que se concentró en coladeras, drenajes y bordos, producto de la inconsciencia humana que tira desechos en la calle y en los drenes; y por último la insuficiente infraestructura que no alcanza a contener el agua de lluvia.