Cuando no se tiene claridad en las políticas económicas de un país se sucitan contradiciones al objetivo de la toma de decisiones, máxime si es por una promesa sin fundamento técnico, como es el caso del control del precio de la gasolina en México.
A inicios de año SHCP declaró: (1) el costo de los subsidios a combustibles fue de $397 mil millones de pesos (2) la gasolina pudo haber llegado a $33 (3) que ello habría significado una inflación de hasta el 14% y dicha cifra representaría 1.4% del PIB.
En esas fechas los precios de los combustibles subieron debido al alza de los precios del petróleo y la justificación para aplicar el subsidio fue:
- La mayor parte de las mercancías (60%) se transportan por carretera y ello implicaría un aumento en la formación de precios.
- El incremento (en ese momento) del precio del petróleo le permitiría tener al gobierno un excedente financiero.
- Cumplir con el compromiso electoral de no incrementar el precio de la gasolina por arriba de la inflación.
Este año a medida que los precios internacionales del petróleo se cayeron, la SHCP redujo subsidios a lo mínimo al ser insostenible: $4.76 por litro de Magna, $4.99 Premium y $6.33 Diesel.
El resultado final fue que no se logró frenar la tendencia inflacionaria, BANXICO tuvo que intervenir con política monetaria restrictiva, se extinguieron los excendentes del alza del precio del petroleo por casi $400,000 MDP y no se logró cumplir con la promesa de no subir la gasolina.