Isaac Jiménez
En días recientes nos hemos enterado de una reunión de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) en el seno del Peterson Institute for International Economics (PIIE).
Uno de los frutos del encuentro consistió en las perspectivas de crecimiento de los EUA para este año. En realidad, el dato es algo sorpresivo a la luz de lo que se venía diciendo el año pasado sobre la posible recesión que enfrentaría el vecino país. Las perspectivas de los economistas apuntan a 2.8%. Sin embargo, hay que recordar que la cifra previa era de alrededor de 3 a 4 décimas de punto porcentual menos; y que la cifra previa del mismo FMI era de 2.1%.
Sin embargo, el ajuste no es en sí tan sorpresivo, como lo son las razones que dieron los especialistas para el ajuste: mencionaron que ese ajuste hacia arriba fue debido a la excelente productividad de los trabajadores inmigrantes.
Cabe mencionar que la misma explicación al respecto fue planteada por el presidente de la Reserva Federal estadounidense, Jerome Powell. Esos trabajadores inmigrantes en su gran mayoría -alrededor del 75%- son de origen mexicano.
De tal manera que aquí cabe preguntarse, si estos trabajadores son tan valiosos para EUA ¿Por qué el único interés por ellos desde el punto de vista de la política federal mexicana es lo que aportan a través de sus remesas?
A la fecha no se ven políticas, ni estrategias ni interés en que México pueda aprovechar el valor agregado de los mexicanos en su país.