En el inicio de las campañas electorales locales, hemos visto mucho entusiasmo por parte de las agrupaciones políticas.
Si bien los ánimos siempre se elevarán en aras de defender los proyectos políticos que representan, esto no debe caer en provocaciones ni violencia. No obstante, muchos militantes de los partidos políticos llevan más allá sus filias y se enganchan al grado de que pueden provocarle un problema mayor al candidato que apoyan.
Será difícil acallar las pasiones, pero sí se debe promover en los equipos de campaña que impere el respeto y la no violencia. Esto es una fiesta democrática y como tal debe prevalecer. Como se ha insistido en nuestras ediciones, lo que debe imperar son la propuesta y el constante reforzamiento a la participación ciudadana independientemente de las ideas políticas a las que se apeguen los queretanos.
Una ciudadanía activa es una democracia vibrante y eso nos posibilitará cuestionar aquellas cosas en las que las políticas públicas no van bien y promover aquellas prácticas que pueden posibilitar un mejor desempeño.
Es parte de vivir en comunidad y de formar parte de un estado y un municipio. Nos debemos apegar a lo que las mayorías decidan y si deciden de forma reflexiva y con conciencia, será lo mejor para quienes habiten los territorios. Promovamos los valores democráticos entre los ciudadanos.