Por ejemplo, desde el 2014, la selección anotó cinco goles en Brasil, en Rusia sólo tres, en Catar disminuyó y se metieron dos goles. En la Copa América que terminó hace un mes, sólo se pudo gritar un gol. Hemos venido a menos y el precio por gol se incrementa, sale más caro. Yo espero que con el seleccionador Javier Aguirre sea distinto, quiero volver a sentir ese gusto por festejar un gol, la máxima catarsis que un aficionado pueda experimentar en torneos de este calibre.