El voto de la jornada electoral

Míchigan, Colorado y Misuri restringieron las facultades de los políticos para establecer directamente los límites de los distritos y manipular las elecciones.

Danny Hakim – The New York Times

Entre los recuentos, recriminaciones y acusaciones sobre la represión de electores o el fraude electoral, algo más sucedió en las elecciones: una oleada de medidas con el objetivo de facilitar y hacer más justo el sistema de las votaciones, un motivo de tensión en los enfrentamientos electorales de la nación al que con frecuencia no le prestamos mucha atención.

Los habitantes de Florida les concedieron el derecho a voto a 1.4 millones de ex convictos. Maryland, Nevada y Míchigan fueron algunos de los estados que facilitaron el registro y la emisión del voto. Míchigan, Colorado y Misuri restringieron las facultades de los políticos para establecer directamente los límites de los distritos y manipular las elecciones. Utah, parece estar listo para hacer lo mismo.

Fue como si en los estados de todo el país se ejercieran al mismo tiempo fuerzas en direcciones contrarias. Algunas medidas diseñadas para aumentar la participación ciudadana se aplicaron justo después de la entrada en vigor de leyes y reglamentos recientes que dificultaban el registro y el voto de los electores.

De cualquier forma, con todo y los ataques y recriminaciones por la supuesta represión de electores, el tema más destacado del martes fueron las medidas que muy probablemente amplíen la participación ciudadana y ayuden a combatir la manipulación de las elecciones.

“Se hace evidente cuando se incluyen en la boleta reformas a la democracia, que esas medidas reciben una respuesta abrumadora. Por nuestra parte, vamos a analizar a fondo qué partes de estas reformas podemos impulsar más en 2020 y con posterioridad”, aseveró Karen Hobert Flynn, presidenta de Common Cause.

También se originaron muchas noticias en la dirección opuesta, en especial la posibilidad de controversias legales prolongadas en las competencias cerradas de Florida, Georgia y Arizona. El peso de los votos que emitieron muchos estadounidenses se diluyó debido a precisas maniobras de manipulación basadas en datos. Para resistir la marea en favor de los electores, Carolina del Norte y Arkansas crearon este año nuevos requisitos de identificación.

En algunos casos, se aplicaron políticas electorales encontradas dentro del mismo estado. Los ciudadanos de Florida decidieron devolverles el derecho al voto a quienes cometieron delitos en el pasado, mientras que los estudiantes universitarios tuvieron que defenderse de una medida del secretario de Estado de Florida que proponía prohibir las votaciones dentro de los campus. En Míchigan, los electores volvieron a establecer la opción de votar por todos los candidatos de un mismo partido, lo que facilita votar con rapidez por un solo partido en todas las contiendas, e invalidaron la decisión de la legislatura de mayoría republicana de abolir esta opción en 2015.

MEDIDAS

En todo el país, estas variadas acciones son el capítulo más reciente en una batalla que ha ido escalando entre los demócratas, que por lo regular ganan cuando el electorado es mayor, y los republicanos, cuyas políticas muchas veces impulsan lo contrario.

Varias de las medidas propiciaron batallas partidistas, como la propuesta designada ‘Proposal 2’ en Míchigan, con el objetivo de crear una comisión encargada de determinar los límites de los distritos, y la llamada ‘Issue 2’ incluida en la boleta de Arkansas, con el propósito de establecer el requisito de que los electores cuenten con una identificación con fotografía, a la que se opuso la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por su sigla en inglés).

La ACLU también concentró sus ataques en Kris Kobach, secretario de Estado de Kansas y candidato a gobernador, que se convirtió en un villano entre los liberales por haber expresado en varias ocasiones acusaciones falsas sobre un supuesto fraude electoral extendido. Si bien la ACLU no apoya ni se opone oficialmente a ningún candidato específico, manifestó con claridad sus preferencias en la contienda en que participaba Kobach, pues pagó 400.000 dólares en anuncios televisivos, envió propaganda a 150.000 direcciones, hizo 70.000 llamadas telefónicas y visitó más de 5000 hogares. Kobach perdió.

“Cuando los electores, la gente real, tiene la oportunidad de definir su sistema electoral, no hay duda de su postura; en cambio, cuando los políticos juzgan el sistema, en realidad protegen el statu quo y fabrican los resultados que les convienen”, comentó Faiz Shakir, director político nacional de la ACLU. “La principal lección es que debemos ser ambiciosos y valientes cuando se trate del derecho al voto”.

El grupo desempeñó un papel central en muchas de las medidas progresistas incluidas en las boletas y espera que, en conjunto, concedan el derecho al voto a dos millones de personas más.

Los conservadores afirman que lo que más anhelan los estadounidenses es un electorado en el que todos puedan votar.

The New York Times