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¿Es momento de cambiar drásticamente la tabla periódica?

Foto: Especia
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Diversos científicos han presentado nuevos acomodos de los elementos en la tabla periódica, lo que ha generado cuestionamientos sobre su funcionalidad Cuando sir Martyn Poliakoff, un químico de la Universidad de Nottingham, supo de un juego llamado Periodic Table Battleship (Acorazados de la Tabla Periódica), solo pudo imaginarse la flota invertida de elementos de un … Leer más

Diversos científicos han presentado nuevos acomodos de los elementos en la tabla periódica, lo que ha generado cuestionamientos sobre su funcionalidad

Cuando sir Martyn Poliakoff, un químico de la Universidad de Nottingham, supo de un juego llamado Periodic Table Battleship (Acorazados de la Tabla Periódica), solo pudo imaginarse la flota invertida de elementos de un jugador desde la perspectiva de su oponente.

Esto catalizó una idea descabellada. En mayo –en coincidencia con el Año Internacional de la Tabla Periódica de la UNESCO, el cual marca su centésimo quincuagésimo aniversario–, Poliakoff y sus colaboradores, entre ellos su hija Ellen Poliakoff, una psicóloga experimental de la Universidad de Manchester, publicaron un artículo con una recomendación: “Poner de cabeza la tabla periódica”.

“Desde 1869, generaciones de químicos han propuesto variaciones al formato para mejorar la tabla, con el fin de hacerla más clara o solo para que sea más divertida”, escribieron.

La icónica tabla periódica de elementos, concebida por el químico ruso Dmitri Mendeléyev, es un conjunto bidimensional de elementos químicos, ordenados según su número atómico y organizados a lo ancho en 18 columnas según sus orbitales.

La tabla presenta un esquema de patrones y tendencias que permiten que los científicos predigan propiedades elementales, reactividades e incluso nuevos elementos. Se le ha llamado “la piedra de Rosetta de la naturaleza”, “el mapa de los químicos”, y “probablemente la compilación más compacta y significativa de conocimiento que se haya concebido hasta la fecha”.

“Es muy parecido a ver un mapa de Estados Unidos, estar en Maine y poder decir que las temperaturas ahí serán menores que las de Florida”, comentó Gregory Girolami en una entrevista conjunta con su esposa, Vera Mainz. Ambos son químicos inorgánicos de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign. Junto con Carmen Giunta, una química de Le Moyne College en Siracusa, organizaron un simposio para el centésimo quincuagésimo aniversario, el cual tuvo lugar la semana pasada durante la reunión nacional de la Sociedad Estadounidense de Química (ACS, por sus siglas en inglés) que se celebró en San Diego.

“Si me dices que un elemento está en cierto lugar, te puedo decir muchas cosas sobre este —si es metal o no, si es abundante en la Tierra o no—, tan solo con notar su ubicación en la tabla periódica”, comentó Girolami.

Mainz agregó: “Si quieres comunicarte con una raza alienígena, despliega una tabla periódica”.

La Internet Database of Periodic Tables (Base de Datos en Internet de Tablas Periódicas) enumera más de mil versiones, entre ellas una tabla de escasez elemental, así como variaciones con pastelitos, relojes, Lego y haikus, y adaptaciones más técnicas. El matemático y músico Tom Lehrer le agregó una melodía (de Gilbert y Sullivan), y Primo Levi, el químico y escritor italiano, superviviente de Auschwitz, la usó como la base para una biografía idiosincrática (‘El sistema periódico’).

“Mucha gente parece creer que solo hay una tabla periódica verdadera, una que ya existe o está esperando a ser descubierta, y hacen un gran esfuerzo por debatir la validez de los diferentes tipos”, comentó Poliakoff, quien es una personalidad de ‘YouTube’ con sus ‘Periodic Videos’.

“Creo que la mayoría de los tipos es igual de válida, y solo depende de lo que quieras mostrar”, señaló.

La versión invertida buscaba mostrar el valor desde una perspectiva nueva. “De ninguna manera estamos diciendo que nuestra versión sea ‘más correcta’ que la tabla tradicional”, dijeron los autores.

¿POR QUÉ NO EN ORDEN ALFABÉTICO?

La tabla periódica brindó solidez a un campo de investigación que desde hacía mucho tiempo había sido blando. Sir Isaac Newton, en la Cuestión 31, una sección en su obra ‘Óptica’ de 1717, enumeró y clasificó los compuestos químicos de acuerdo con su reactividad.

En 1718, la primera “tabla de afinidad” del químico francés Étienne François Geoffroy clasificó la reactividad de los materiales de forma gráfica.

Observadores cercanos de la naturaleza hicieron notar que ciertos elementos químicos como el litio, el sodio y el potasio –conocidos en la actualidad como metales alcalinos– eran blandos y flotaban en el agua. Sin embargo, esas clasificaciones cualitativas solo ofrecían una base precaria.

Los avances comenzaron en 1860, cuando Stanislao Cannizzaro, un químico italiano, basó la discusión en el peso atómico. Habían circulado listas contradictorias de los pesos atómicos y suposiciones diferentes en torno a qué constituye un átomo y qué una molécula.

Cannizzaro produjo una lista de pesos atómicos de los elementos conocidos, junto con un razonamiento para los valores, la cual repartió como panfleto en un congreso en Karlsruhe, Alemania.

“Eso abrió la puerta para lo que me gusta llamar el descubrimiento simultáneo de seis individuos, durante un periodo de unos siete años, el cual culminó con Mendeléyev”, comentó Eric Scerri, un historiador y filósofo de las ciencias de la Universidad de California, campus Los Ángeles, y un experto en la historia de la tabla periódica (en octubre, Oxford University Press publicará una edición actualizada de su libroThe Periodic Table: Its Story and Significance’.

En 1862, el geólogo francés Alexandre-Émile Béguyer de Chancourtois produjo una tabla tridimensional, en la cual inscribió elementos alrededor de un cilindro metálico.

John Newlands, un químico del azúcar en Londres, ordenó los elementos según su peso atómico, en grupos de ocho. “Se rieron de la idea y fue desestimada”, señaló Scerri.

El químico británico William Odling descubrió la “ley periódica”: propiedades de una familia de elementos que se repiten, aproximadamente, en intervalos regulares. Gustavus Hinrichs propuso un ordenamiento radial. “Lo llamo la tabla periódica de rueda de bicicleta”, mencionó Scerri.

 

The New York Times / AM

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