Revoca TEPJF nombramiento de presidenta del IEEQ

Marittza Navarro/Miguel Tierrafría

La Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) revocó el nombramiento de la presidenta del Instituto Electoral del Estado de Querétaro (IEEQ), Teresita Adriana  Sánchez Núñez.

Ayer, mediante un comunicado, el TEPJF indicó que “el asunto del nombramiento de la presidenta del OPLE (Organismo Público Electoral Local) de Querétaro determinó fundado el señalamiento en torno a que la persona designada incumplió el requisito de elegibilidad previsto en la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (LGIPE), relativo a que no acredita tener una residencia efectiva de por lo menos cinco años anteriores a su designación en dicha entidad, toda vez que ha radicado desde 2017 en Nuevo León, excediendo además la excepción que establece la citada Ley General que contempla un plazo máximo de seis meses de ausencia por servicio público, educativo o de investigación”.

Al consultar la postura del Instituto, autoridades del instituto señalaron que hasta que el Tribunal les envíe la sentencia judicial, tomarán un posicionamiento sobre el asunto.

Nombramiento polémico

Desde que el perfil de Adriana Sánchez se propuso en la Comisión respectiva en el INE, y posteriormente en la sesión de Pleno del Consejo Electoral, los representantes del Partido Acción Nacional (PAN) y del Partido Revolucionario Institucional (PRI) señalaron la irregularidad en la residencia de Adriana Sánchez, quien se desempeñaba desde hace cuatro años como funcionaria electoral en la Ciudad de Monterrey, Nuevo León.

Dicha situación fue señalada por el propio presidente municipal de Querétaro, Luis Nava Guerrero, quien envió una misiva al INE advirtiendo de la revocación de la carta de residencia que en abril de este año (y bajo el precepto de buena fe) había emitido el secretario del Ayuntamiento de Querétaro.

En tanto, el representante del PRI ante el IEEQ, Vidal Navarrete Cerda, informó de la impugnación presentada por su partido, pues desde su perspectiva la presidenta designada carecía de probidad y, por tanto, generaba dudas sobre su buen actuar al “falsear” información.