Durante la celebración de la Semana Santa, la Iglesia Católica establece normas de ayuno y abstinencia para los fieles como parte de la preparación espiritual. Según el Código de Derecho Canónico, la ley de la abstinencia obliga a quienes han cumplido catorce años, mientras que la del ayuno aplica a todos los mayores de edad hasta los cincuenta y nueve años.
Es importante destacar que durante los viernes de Cuaresma y la Semana Santa, no se permite el consumo de carne, como parte de los días penitenciales establecidos por la Iglesia.
De acuerdo con Arturo Correa, diocesano en Querétaro indicó que estas prácticas buscan fomentar un espíritu de sacrificio y penitencia entre los fieles, especialmente en fechas significativas como el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo.
“Aunque circulan falsas informaciones que sugieren que el Papa ha levantado estas restricciones, es importante recordar que las normas de ayuno y abstinencia siguen vigentes y son parte integral de la tradición católica. El ayuno y la abstinencia son considerados formas de sacrificio que alimentan el alma espiritualmente, y se recomienda vivirlos en coherencia con el verdadero sentido cristiano de estas prácticas”, expresó el sacerdote.
El religioso añadió que es responsabilidad de cada uno y las madres y padres de familia fomentar un auténtico espíritu de penitencia en aquellos que aún no están obligados por edad a cumplir con estas prácticas.
“La Conferencia Episcopal puede determinar detalles específicos sobre el ayuno y la abstinencia, e incluso sustituirlos por otras formas de penitencia como obras de caridad y prácticas de piedad, pero depende de cada caso”, comentó.
Correa afirmó que niños menores de 14 años, personas enfermas o con comorbilidades, así como adultos mayores están exentos de esta práctica y se puede sustituir.