Más de 20 millones de mexicanos padecen de estreñimiento crónico
Un 80% de pacientes refiere que esta condición afecta su estado de salud en general Juan Carlos Machorro El estreñimiento funcional (EF) es un problema muy común en México que afecta principalmente a adultos mayores y a mujeres; se estima que aproximadamente 20 millones de mexicanos padecen de esta enfermedad, de estos, el 50 por … Leer más
Un 80% de pacientes refiere que esta condición afecta su estado de salud en general
Juan Carlos Machorro
El estreñimiento funcional (EF) es un problema muy común en México que afecta principalmente a adultos mayores y a mujeres; se estima que aproximadamente 20 millones de mexicanos padecen de esta enfermedad, de estos, el 50 por ciento usa tratamientos laxantes, ya sean químicos o naturales, sin receta médica.
La automedicación tiene riesgo de acostumbrar al sistema digestivo a depender de factores externos para desempeñarse adecuadamente. Algunas personas que sufren de constipación intestinal se deben a que su aparato digestivo se habitúa al uso de laxantes para estimular la defecación y así comienza un círculo vicioso”, comentó el Dr. Francisco Javier Murillo, Inmunólogo Clínico.
En los pacientes con EF que no responden a las medidas iniciales higiénico-dietéticas, se recomienda utilizar tratamientos farmacológicos, como Modaton Neo (Docusato de Sodio), un laxante emoliente que disminuye la tensión superficial entre el agua y lípidos lo que hace que el bolo fecal se ablande, aumenta su volumen, estimulando el peristaltismo y desplazamiento de las heces blandas, facilitando la excreción, informó.
El estreñimiento es una incapacidad para evacuar el contenido intestinal, o la ausencia de deposiciones, teniendo que realizar un esfuerzo excesivo o la sensación de evacuación incompleta, y frecuentemente se asocia a distensión del abdomen, acumulación de gases (meteorismo) e incluso a mal aliento y lengua blanquecina (lengua saburral).
Puede tener diferentes causas, entre ellas, enfermedades que provocan estreñimiento, factores sociales y emocionales, asociación con medicamentos o bien, alteraciones funcionales del sistema digestivo, puntualizó el especialista.
El sexo femenino, el envejecimiento, el bajo consumo de líquidos, fibra y la baja actividad física que ahora se ha acentuado más por las medias restrictivas que se deben adoptar por la pandemia son factores de riesgo para sufrir estreñimiento funcional (EF).
Dentro de las causas de estreñimiento, también se encuentra la alimentación baja en fibras naturales como frutas y verduras, además de que generalmente se exacerba por el sedentarismo. La falta de actividad física y una dieta rica en productos ultraprocesados, con alto contenido en azúcares, grasas saturadas y harinas refinadas, tienen mayores factores de riesgo para sufrir de problemas intestinales, señaló la nutrióloga Iris Portillo.
Uno de los aspectos que más afecta a los sujetos que padecen estreñimiento funcional es la calidad de vida en todas sus dimensiones cuando se compara con sujetos sanos. Se ha demostrado, que hasta el 80 por ciento refieren que esta condición afecta su estado de salud en general, en el 55 por ciento afecta su dieta, en el 41 por ciento interfiere con el apetito, el 35 por ciento reporta alteraciones del sueño y hasta el 32 por ciento ve afectado su desempeño laboral.
El estreñimiento puede ser un síntoma que alerte de la existencia de una enfermedad, pero en muchas ocasiones se debe al cambio de los hábitos higiénico-dietéticos cotidianos. En el tratamiento del EF, el ejercicio físico es recomendado ampliamente, ya que puede estimular el tránsito intestinal. Existe evidencia clínica que demuestra, enfatizó la nutrióloga, que el ejercicio mejora el movimiento intestinal y disminuye los síntomas de estreñimiento. Por ejemplo, realizar una caminata por 30 minutos.
Algunas de las recomendaciones para estreñimiento funcional son: consumir verduras y frutas, cereales integrales como salvado de trigo, pasta, arroz, semillas de linaza, chia, carnes magras, 1.5 litros de agua al día, leche y quesos bajos en grasa, leguminosas. Disminuir consumo de sal y azúcares, grasas saturadas y trans, refrescos, hamburguesas comerciales, pastelitos empaquetados, embutidos, etc.
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