El color blanco en la decoración

Excell Erre/ Ópera Rhaghàntia

Aunque a los ojos de la mayoría se pueden  percibir como todos iguales, no hay un solo tono ni un blanco único, es una base neutra que universalmente “va bien con todo y no cansa”.

Las tendencias de color van y vienen, pero el blanco es el tono que se ha mantenido presente a lo largo de los años.

Hay varias tonalidades y muchas se pueden mezclar en función de la luz del entorno y del efecto que se quiera conseguir, sus propiedades reflectantes hacen que una habitación parezca más grande y aireada. Principalmente hay dos tonos de blanco: Tiza y lo que conocemos como blanco “roto”.

Se han identificado alrededor de 163 tonos de blanco.

¿Por qué tantos? Porque todo blanco tiene un trasfondo o una diminuta mancha de color que es casi imperceptible, pero que lo convierte en un color siempre matizado.

¿Blancos diferentes o iguales? Si vas a pintar toda la habitación de blanco, no es necesario que elijas un tono diferente de pintura blanca para la tapicería y el techo, mejor considera un acabado diferente. Una regla general es darle al techo un acabado con más brillo que las paredes. Solo recuerda que los blancos pueden adquirir un tono amarillento con los acabados de laca, sobre todo si el piso ya tiene un tono amarillo.

La mayoría de la gente cuando piensa en el blanco sabe que es muy fácil caer en la trampa de crear un ambiente “demasiado frío”, pero no tengas miedo… ¡Con los toques adecuados será un gran acierto!

MT