Sin duda es una reforma muy conveniente, toda vez que previo a la presentación de iniciativas para fortalecer el sistema pensionario se habían escuchado voces de Morena que pretendían confiscar las cuentas de las Afores que ascienden a 4.2 billones de pesos, para financiar al Gobierno
María Guadalupe Murguía Gutiérrez/Columnista
Con la aprobación de las reformas a la Ley del Seguro Social y a la Ley de los Sistemas de Ahorro para el Retiro, el Congreso dio un paso importante para empezar a saldar una deuda histórica con los trabajadores en su derecho de acceder a un retiro digno al término de su vida laboral.
Por unanimidad el Senado avaló los cambios que permitirán reducir las semanas de cotización para acceder a una pensión mínima garantizada y aumentar el ahorro, lo que significará que el trabajador tendrá la posibilidad de recibir el equivalente al 68% de su salario y no el 30% como sucedía con la legislación anterior.
Además, es muy importante mencionar que el aumento del ahorro obligatorio, que pasará gradualmente de 6.5 a 15%, es producto de un acuerdo entre la iniciativa privada y el gobierno, y serán los patrones quienes absorban el costo de dicho incremento, por lo que no representará una carga para el trabajador.
Sin duda es una reforma muy conveniente, toda vez que previo a la presentación de iniciativas para fortalecer el sistema pensionario se habían escuchado voces de Morena que pretendían confiscar las cuentas de las Afores que ascienden a 4.2 billones de pesos, para financiar al Gobierno.
Sin embargo, durante la dictaminación se incorporó establecer un tope a las comisiones de las Afores conforme al promedio de las que se cobran en EE.UU., Chile y Colombia, medida que no estaba en el acuerdo y que se introdujo sin consenso con la IP.
Lo anterior causó preocupación porque en lugar de fomentar la competencia entre las Afores por un mejor servicio y mejores rendimientos a los trabajadores, se impone un control de precios que generará distorsiones en el mercado, lo cual fue alertado por la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE), cuya opinión técnica fue desestimada por la mayoría legislativa de Morena.
El tope es arbitrario, pues resulta complejo ajustarse a parámetros de países con un tamaño y esquema diferente que nada tienen que ver con el modelo mexicano, por lo cual la Amafore ha solicitado reconsiderar esta medida que podría provocar la desaparición de algunas Afores.
Como sea, esta reforma es un gran avance, pero quedan grandes pendientes. Entre ellos trabajar en una reforma a favor de quienes laboran al servicio del Estado y de incluir en el sistema de pensiones a los trabajadores independientes.
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