Pareciera ser que las y los “ciclistas” son los únicos que se aglomeran y que perciben que algo no anda bien en el diseño y gestión de nuestras calles
CONSEJO CIUDADANO DE URBANISMO
@ConsejoUrbanQro
Juan Carlos Bravo Valle
El último día de junio, se vivió una manifestación de personas; sí, de personas que usan la bicicleta para trasladarse y realizar sus actividades cotidianas. Emergió a raíz de la muerte de tres usuarios de la bicicleta, a causa de hechos de tránsito en tres distintos lugares del municipio, en el espacio de unos días. Con gritos de dolor, desesperación e impotencia, salieron a las calles mismas donde son invisibilizados. Con frases a voz alta, “queremos llegar vivos a casa”, “mi vida vale más que tu prisa” y “tres muertes en una semana”, detenían el tránsito automotor, acercándose a los conductores de los vehículos para darles a conocer esas desgracias.
Pareciera ser que las y los “ciclistas” son los únicos que se aglomeran y que perciben que algo no anda bien en el diseño y gestión de nuestras calles; que algo tiene que cambiar radicalmente para no morir por estas circunstancias. Esto a pesar de que las estadísticas indican que muchas más personas son muertas dentro de un vehículo motorizado – por causa de las velocidades excesivas, no aptas para el ser humano – comparado con el andar en bicicleta.
Como ciudadanos, no deberíamos tolerar que alguien muera por el simple hecho de moverse de un punto a otro de la ciudad, sin importar cómo lo hace. Es necesario entonces un pacto solidario de seguridad vial entre todas y todos, ciudadanía y gobierno, para que cada persona pueda usar cualquier modo que decida o necesite para trasladarse por la ciudad, y no muera al intentar vivir.