Conoce cómo el hambre afecta nuestras emociones
Estudios demuestran que el hambre afecta nuestras emociones, pues nos vuelve más irritables, impacientes e impulsivos
El hambre afecta nuestras emociones; no es solo un vacío en el estómago, es un enemigo sigiloso que puede afectar nuestras emociones, decisiones e incluso nuestra salud a largo plazo.
En México, el hambre no solo afecta nuestros estómagos, sino también nuestras emociones y decisiones.
Según datos recientes, más del 10% de la población sufre de inseguridad alimentaria.
La sensación de vacío puede nublar nuestro juicio, llevándonos a tomar decisiones impulsivas e irracionales.
El hambre afecta áreas del cerebro asociadas con el control de impulsos y la toma de decisiones, predisponiéndonos a elegir opciones menos saludables.
Estudios demuestran que el hambre afecta nuestras emociones, nos vuelve más irritables, impacientes e impulsivos. Perdemos la capacidad de concentrarnos, tomar decisiones acertadas e incluso controlar nuestros impulsos.
Pero, además, el hambre nos convierte en víctimas fáciles de la comida chatarra y las opciones menos saludables.
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La mente nublada por la falta de alimento busca gratificación inmediata, cayendo en la trampa de azúcares refinados y grasas saturadas que, a la larga, dañan nuestra salud y nos alejan de una alimentación balanceada.
El impacto del hambre en nuestra salud va más allá del malestar físico. Puede contribuir a problemas de salud mental, como la ansiedad y la depresión, además de afectar la concentración y el rendimiento cognitivo.
Al comer, activamos el ‘circuito de recompensa’, lo que intensifica el sabor de los alimentos. Ante comidas favoritas, generamos más dopamina.
Estrategias para controlar el hambre:
- Come a intervalos regulares: Evita ayunos prolongados y planifica comidas y snacks saludables a lo largo del día.
- Elige alimentos nutritivos: Prioriza frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras para saciar tu apetito de forma duradera.
- Bebe agua: La deshidratación puede imitar el hambre. Bebe agua regularmente para mantenerte hidratado y reducir la sensación de hambre.
- Controla el estrés: El estrés aumenta los niveles de cortisol, una hormona que estimula el apetito. Practica técnicas de relajación como yoga o meditación para controlar el estrés.
Esto debes hacer si tienes hambre:
- Evita las compras con el estómago vacío: Tomar decisiones acertadas en el supermercado es más difícil cuando tienes hambre.
- Desafía las tentaciones: Mantén alejados de tu vista los alimentos procesados y poco saludables.
- Come despacio y con atención: Saborea cada bocado y disfruta de la experiencia de comer, esto te ayudará a sentirte satisfecho con menos cantidad.
Toma en cuenta
- El enojo está vinculado a estados como el estrés, la ansiedad y el hambre.
- El “circuito de recompensa” se activa al comer, especialmente con alimentos favoritos.
- Los antojos y preferencias alimenticias cambian según las necesidades nutricionales.
- La aversión a ciertos sabores es un mecanismo de protección contra intoxicaciones.
- Situaciones de estrés pueden llevar a una adicción alimentaria.
- El ATP (Adenosín Trifosfato) y la glucosa son fuentes de energía, y el desequilibrio nutricional afecta la sensación de hambre y saciedad.
- El hambre se utiliza en investigaciones para motivar comportamientos en animales.
FUENTES: