Anúnciate aquí

Dengue, la epidemia silenciosa que convive con el coronavirus

A finales de 2019, las autoridades de Buenos Aires ya sabían que 2020 sería un año de epidemia de dengue, con el coronavirus empeoró la situación S.A.S vive en un barrio de clase media de Buenos Aires. Lleva tres días en cama con fiebre muy alta, le duele todo el cuerpo y duerme horas y … Leer más

A finales de 2019, las autoridades de Buenos Aires ya sabían que 2020 sería un año de epidemia de dengue, con el coronavirus empeoró la situación

S.A.S vive en un barrio de clase media de Buenos Aires. Lleva tres días en cama con fiebre muy alta, le duele todo el cuerpo y duerme horas y horas. Sospecha que se ha infectado el coronavirus, pero como no tiene tos ni problemas para respirar prefiere evitar el médico a domicilio. Hizo bien, porque la fiebre baja en el cuarto día; pero ahora su piel se cubre de pequeñas manchas rojas. En la clínica donde la atienden, porque ahora sí tiene miedo y busca ayuda, le dicen que ha contraído dengue, un virus transmitido por un mosquito de hábitos urbanos. S.A.S, prefiere no dar su nombre, descubre entonces que no es la única. La capital Argentina vive el peor brote de dengue desde 2016, con 3.760 casos reportados desde enero.

“El coronavirus no está instalado tanto como el dengue, que ya lleva varias semanas. Tenemos un brote que puede ser de las dimensiones del de 2016, cuando hubo 70.000 casos en Argentina y 5.000 en Buenos Aires”, dice Julián Antman, gerente operativo de Epidemiología del ministerio de Salud de la capital argentina. A diferencia del coronavirus, que se transmite de persona a persona, el dengue necesita un intermediario. Esa función la cumple el aedes aegypti, un mosquito de origen africano que transmite tanto el dengue como la fiebre amarilla, el zika o la chikunguña. El mosquito contrae dengue cuando pica a un infectado y luego lo pasa cuando pica a una persona sana. Con los años, se ha adaptado estupendamente a las ciudades y “basta una tapa de gaseosa con agua para que las larvas se desarrollen”, explica Antman.

S.A.S se queja de la atracción que produce en los mosquitos, que suelen ensañarse con ella. Ahora ha pagado las consecuencias. La fiebre la ha dejado sin fuerzas y los médicos le advirtieron que puede demorar hasta un mes en recuperase totalmente. “En el clínica que me atendieron me dijeron que el brote de este año era impresionante. Incluso yo conozco gente con dengue, como mi prima, y en la farmacia te cuentan de los vecinos de la cuadra que se han contagiado. Eso nunca había pasado”, dice.

El dengue se ha ensañado con los barrios de Buenos Aires con mayoría de casas bajas, que son las que suelen tener patios y hasta jardines. La estadística reporta que el 80% de los casos de dengue se concentran en 12 de las 48 comunas de la capital argentina. El Gobierno municipal repite cada año que la única manera de combatir el mosquito es evitando el agua acumulada en esos pequeños recintos al aire libre.

Con información de El País

Anúnciate aquí

Anúnciate aquí

Anúnciate aquí