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Sí es de mi incumbencia que tú no te vacunes

FILE — A syringe is filled with a dose of the Pfizer-BioNTech COVID-19 vaccine at a vaccine center in Rohnert Park, Calif., Jan. 27, 2021. (Jim Wilson/The New York Times)
FILE — A syringe is filled with a dose of the Pfizer-BioNTech COVID-19 vaccine at a vaccine center in Rohnert Park, Calif., Jan. 27, 2021. (Jim Wilson/The New York Times)

Jamelle Bouie Cuando le preguntaron si se había vacunado contra la COVID-19, Lamar Jackson, mariscal de campo de Baltimore, no quiso responder. “Creo que es una elección personal”, contestó. “Solo compartiré mis opiniones con mi familia y conmigo mismo”. Jackson se sumó a otro mariscal de la NFL, Cam Newton, de Nueva Inglaterra, quien días … Leer más

Jamelle Bouie

Cuando le preguntaron si se había vacunado contra la COVID-19, Lamar Jackson, mariscal de campo de Baltimore, no quiso responder. “Creo que es una elección personal”, contestó. “Solo compartiré mis opiniones con mi familia y conmigo mismo”.

Jackson se sumó a otro mariscal de la NFL, Cam Newton, de Nueva Inglaterra, quien días antes dijo que era “algo demasiado personal como para hablar de ello”.

Jackson y Newton no son los únicos famosos que cuando les preguntan sobre las vacunas dicen: “Mira, es algo personal”. Es algo común que, de cara al público, quienes desconfían de las vacunas o que usan la desconfianza hacia las vacunas para sus propios fines lo evadan de esta manera. “No creo que a nadie le incumba si me vacuno o no”, le dijo el mes pasado a CNN el representante republicano por Texas, Chip Roy. En mayo, el senador republicano por Wisconsin, Ron Johnson, escribió algo similar (aunque menos grosero) sobre que “nadie debería ser violentado, coaccionado ni obligado a recibir la vacuna contra la COVID-19”.

Johnson y todos los demás están equivocados. Decisiones personales son usar casco cuando andas en bicicleta o ponerte el cinturón de seguridad en el auto, al menos siempre y cuando se trate de tus propias lesiones. La vacunación es diferente. En el contexto de estos contagios letales, la vacunación no es una elección personal. El hecho de que Estados Unidos haya tenido dificultades para alcanzar la inmunidad de grupo mediante la vacunación se debe a que nos negamos a tratar la pandemia como lo que es: un problema social que hay que resolver mediante acciones colectivas.

El Gobierno descentralizó su respuesta a la pandemia y endosó la responsabilidad a los estados y localidades, lo que hizo que los estadounidenses lidiaran con información y reglas contradictorias.

La misma estrategia continuó cuando llegaron las vacunas. ¿Sorprende, entonces, que millones de estadounidenses consideren como algo personal este problema, que en esencia es social (vacunar a un número suficiente de personas para evitar que se propague una enfermedad mortal)? ¿O que muchas personas se hayan negado a vacunarse apelando a la confidencialidad de su decisión y su libertad?

Esta es la sociedad que hemos construido. Esta llamada libertad es inadecuada para la prosperidad de los seres humanos; no está adaptada para enfrentar una pandemia.

Por eso se dejó que las familias y comunidades se defendieran solas y traten el tema como una decisión personal, por lo que las instituciones han hecho que la vacunación sea opcional cuando desde un principio debió haber sido obligatorio.

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