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Biden consiguió su victoria bipartidista y, ahora, la realidad se impone

Biden consiguió su victoria bipartidista y, ahora, la realidad se impone
Biden consiguió su victoria bipartidista y, ahora, la realidad se impone

Michael D. Shear El lunes, durante más de una hora, el presidente Joe Biden disfrutó del tipo de momento político tan largamente prometido y que había buscado con impaciencia, rodeado de un elenco bipartidista de legisladores en el jardín sur de la Casa Blanca para la firma de una ley histórica forjada a través de … Leer más

Michael D. Shear

El lunes, durante más de una hora, el presidente Joe Biden disfrutó del tipo de momento político tan largamente prometido y que había buscado con impaciencia, rodeado de un elenco bipartidista de legisladores en el jardín sur de la Casa Blanca para la firma de una ley histórica forjada a través de concesiones de los dos extremos de la Avenida Pensilvania.

Sin embargo, al terminar la ceremonia de firma del proyecto de ley de infraestructura de 1 billón de dólares, Biden vuelve a una realidad mucho más cruda: los índices de aprobación más bajos que nunca, la oposición republicana unificada contra el eje de su política interior, la alarma creciente en su partido ante la posibilidad de perder el control del Congreso el próximo año y un sorprendente aumento de la inflación.

El presidente y sus asesores confían en que este acto tan coreografiado le permita a Biden recuperar el equilibrio. Apuestan a que la victoria bipartidista le dé la oportunidad de proyectar un progreso sostenido en la resolución de los problemas de la nación, y no solo en diferenciarse del expresidente Donald Trump.

EL OPTIMISMO DE BIDEN

“De verdad creo que, dentro de 50 años, los historiadores recordarán este momento y dirán: ‘Este es el momento en que Estados Unidos comenzó a ganar la competencia por el siglo XXI’”, dijo Biden, de pie ante cientos de alcaldes, gobernadores, legisladores y el resto de los asistentes, con el brillo de la Casa Blanca detrás de él, en una fresca y soleada tarde de Washington.

En respuesta al coro de “¡Joe! ¡Joe! Joe!”, Biden describió el proyecto de ley de infraestructura como una “prueba de que, a pesar de los escépticos, demócratas y republicanos pueden unirse y obtener resultados”.

Pero el presidente y sus principales asesores también entienden la incertidumbre del electorado tan polarizado del país, las difíciles batallas que se avecinan en el Capitolio y la naturaleza a menudo fugaz de las victorias políticas en la era de los mensajes de 280 caracteres en Twitter y las historias que desaparecen en Instagram.

¿Será la victoria del lunes el trampolín que Biden necesita para dar un giro político y demostrar a los votantes que consiguieron lo que esperaban cuando lo eligieron para el cargo el año pasado? ¿O será solo un instante, destinado al olvido inmediato, en medio del rencor de Washington que se avecina en los próximos días?

UNA VICTORIA DE LIDERAZGO

“Es una victoria en la que el liderazgo de Biden de verdad importó”, afirmó Matt Bennett, un alto ejecutivo de Third Way, un grupo de tendencia demócrata que presiona a los legisladores de ambos partidos para que trabajen juntos. “Eso podría ser una señal de que este es el comienzo de un verdadero ciclo virtuoso para él”, vaticinó.

No obstante, Bennett, quien estuvo presente en la ceremonia, añadió que la verdadera prueba para Biden será “moldear el discurso público sobre los enormes beneficios de la ley de infraestructura que se está promulgando hoy”.

“Eso va a requerir una tremenda disciplina por parte no solo del presidente”, comentó, “sino también de los demócratas del Congreso”.

El resultado podría ayudar a determinar el destino de la presidencia de Biden y el rumbo del Partido Demócrata mientras los legisladores se preparan para defender sus escasas mayorías en la Cámara de Representantes y el Senado en las elecciones intermedias del año próximo.

UN LOGRO DE LOS DEMÓCRATAS

El senador republicano de Ohio Rob Portman, uno de los diez senadores que trabajaron para lograr las concesiones en materia de infraestructura, elogió a Biden y a los demócratas del Congreso.

“Esto es lo que puede ocurrir cuando los republicanos y los demócratas deciden trabajar juntos para conseguir algo”, declaró Portman, quien no contendrá a la reelección (después, Biden dijo que Portman era “un muy buen tipo” y agregó que solo lo decía porque sabía que no perjudica su carrera política debido a que el senador ha decidido retirarse al terminar su mandato).

La ceremonia de firma del lunes fue la culminación de un largo esfuerzo para Biden. En el Senado, la legislación fue aprobada por una votación desigual de 69 contra 30, con el visto bueno incluso del senador Mitch McConnell, líder republicano y principal crítico de Biden. En la Cámara de Representantes, Biden convenció a un grupo de republicanos más numeroso de lo esperado para que apoyara el esfuerzo de reparar las carreteras, los puentes y los aeropuertos del país, que se encuentran en mal estado.

Ese ha sido un tema de conversación bipartidista durante años; incluso Trump, en varias ocasiones, proclamó que era la “Semana de la Infraestructura” en Washington, sin que pasara gran cosa.

LOS RETOS DEL PRESENTE

Ahora, el reto para el presidente es convencer a los electores de que la aprobación de la legislación en realidad es importante para sus vidas, que no se trata solo de una abstracción de Washington, debatida en los pasillos del Congreso, pero con poco impacto en los ciudadanos.

Ese esfuerzo comienza de inmediato.

A la ceremonia del lunes le seguirá una extensa gira presidencial destinada a mostrarle al pueblo estadounidense ejemplos reales de cómo la nueva ley inyectará dinero en la economía y proporcionará empleos bien remunerados mediante la mejora de carreteras, puentes, tuberías de plomo, banda ancha y otros tipos de infraestructura.

El martes, Biden tiene previsto viajar a Nuevo Hampshire, donde dará un discurso en un puente que necesita una restauración urgente, ubicado sobre el río Pemigewasset. Al día siguiente, visitará una planta de ensamblaje de vehículos eléctricos de General Motors en Detroit para mostrar los miles de millones de dólares que se gastarán en la mejora de las estaciones de carga eléctrica en todo el país.

“Este momento es una oportunidad para el presidente, el vicepresidente y nuestro gabinete de estar en el país y vincular la agenda, los efectos en la vida de la gente e ir más allá del proceso legislativo para hablar de cómo esto va a ayudarles. Y esperamos que eso tenga impacto”, declaró el lunes Jen Psaki, la secretaria de prensa de la Casa Blanca.

UN LARGO Y SINUOSO CAMINO

La historia sugiere que el presidente y su equipo tienen mucho trabajo por delante.

Durante su campaña presidencial, Biden prometió que sería capaz de conseguir el apoyo de republicanos y demócratas para sus políticas. Ese mensaje resonó entre la ciudadanía tras cuatro años en los que Trump se enfrentó a los demócratas con beligerancia.

Sin embargo, gran parte de la legislación de Biden hasta ahora ha sido aprobada con poco apoyo del partido opositor. Su paquete de ayuda para la pandemia de 1.9 billones de dólares fue aprobado en el Senado y en la Cámara de Representantes sin apoyo republicano. Y es probable que su plan de gasto social de 1.85 billones de dólares, conocido como Reconstruir Mejor, se apruebe solo con los votos demócratas.

En casa, el presidente todavía se enfrenta a cuestiones profundamente divisorias como qué hacer en la frontera, los enfrentamientos sobre la sensibilidad racial en las escuelas, la reforma penitenciaria y el derecho al voto. Además, en el extranjero, Biden se enfrentará a la necesidad de frenar a China y Rusia, seguir reparando las relaciones con los aliados y luchar contra el terrorismo.

No obstante, el lunes, durante su discurso, Biden no dejó de sonreír.

MT

 

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