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“Demuestren que estamos equivocados”, dice EUA a Rusia

Estados Unidos prefiere que los acusen de exageración y alarmismo a que se demuestre que tienen razón

David E. Sanger

El presidente Joe Biden y sus principales colaboradores reconocen que están arriesgando la credibilidad de Estados Unidos al avisar de manera constante que Rusia está a solo “unos cuantos días” de desencadenar una guerra terrestre no provocada en Europa por la que podrían morir asesinadas decenas de miles de ucranianos en sus primeras horas y sumir al mundo de nuevo en algo parecido a la Guerra Fría; sin embargo, los colaboradores de Biden dicen que están dispuestos a correr ese riesgo.

Prefieren que los acusen de exageración y alarmismo a que se demuestre que tienen razón, señalan, si eso es lo que hace falta para disuadir al presidente ruso, Vladímir Putin, de seguir adelante con una invasión que les preocupa que no se detenga en las fronteras de Ucrania.

“Si Rusia no invade Ucrania, entonces nos sentiremos aliviados de que Rusia haya cambiado de rumbo y haya demostrado que nuestras predicciones estaban equivocadas”, señaló el secretario de Estado Antony Blinken en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas el jueves por la mañana, durante un discurso que Biden le había pedido que pronunciara solo horas antes. “Ese sería un resultado mucho mejor que el rumbo actual. Además, aceptaremos de buena manera cualquier crítica”.

“Hoy estoy aquí no para empezar una guerra, sino para evitarla”, declaró, una referencia indirecta al famoso, pero falso argumento de Colin
Powell, también expuesto ante Naciones Unidas, sobre por qué Estados Unidos y sus aliados tenían que desarmar a Sadam Husein.

Biden y Blinken no ocultan su sospecha de que sus esfuerzos cada vez más desesperados y de última hora para evitar la calamidad quizá fracasarán. Su pesimismo se reforzó el jueves debido a una serie de escaladas. Las fuerzas respaldadas por Rusia, en la región de Donbás, parecieron ser responsables de bombardear una escuela y más tarde afirmaron que habían recibido fuego de las fuerzas ucranianas, exactamente el tipo de incidente que, según las advertencias de Blinken, podría ser usado como pretexto para justificar una invasión.

Biden sostendrá una llamada telefónica con los líderes transatlánticos sobre la acumulación de militares rusos en la frontera de Ucrania y los esfuerzos continuos para aplicar la disuasión y la diplomacia.

Rusia reconoció el jueves haber expulsado al jefe adjunto de la Embajada de Estados Unidos en Moscú y envió a Washington una nota contradictoria en la que se burlaba de las afirmaciones de que estaba planeando una invasión. Afirmaba que no se estaba planeando y luego advertía que emplearía “medidas de ‘carácter técnico-militar’” si Occidente no satisfacía sus demandas de seguridad con “garantías jurídicamente vinculantes” (no está del todo claro qué significa “técnico-militar” para Putin, pero los funcionarios de Washington especulan que podría abarcar todo, desde las armas cibernéticas hasta la reubicación de armas nucleares más cerca de Europa occidental o Estados Unidos).

Los asesores de Biden están buscando en los comentarios de Putin pruebas de que está sintiendo que se ha extralimitado, que su concentración de soldados ha conseguido unificar a las 30 naciones que componen la OTAN, normalmente díscolas.

Putin ha revigorizado una alianza que pasó años confundida sobre su propósito una vez que perdió al adversario para el que se formó: la Unión Soviética. Ahora, la contención ha vuelto y los aliados europeos se han alineado en gran medida, aunque a regañadientes, detrás de un plan de sanciones que cortaría la tecnología a la industria rusa y separaría a sus principales bancos de los mercados financieros mundiales.

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