La orca Tahlequah, también conocida como J35, es una orca residente del noreste de Estados Unidos que ha vuelto a captar la atención internacional por su desgarrador duelo.
Tras la muerte de su cría hembra hace unos días, Tahlequah fue vista llevando su cuerpo sin vida desde Año Nuevo, informó el Centro de Investigación de Ballenas, con sede en el estado de Washington.
Esta escena recuerda a 2018, cuando la misma orca llevó a su cría muerta durante 17 días y recorrió más de 1,600 kilómetros en lo que fue un acto de luto sin precedentes documentado por investigadores.
En esta ocasión, la tragedia se repite, marcando una nueva pérdida tanto para Tahlequah como para una población de orcas que enfrenta un futuro sombrío.
Las orcas,que habitan las aguas entre Washington y la Columbia Británica, están al borde de la extinción
Con solo 73 individuos restantes, enfrentan múltiples amenazas: la escasez de su alimento principal, el salmón Chinook; la contaminación del agua; y el ruido de los barcos, que complica su caza.
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Mortalidad alarmante
La mortalidad de crías entre estas orcas es alarmante. Solo el 20% de los embarazos resultan en crías que sobreviven al primer año de vida.
En el caso de la orca Tahlequah, de sus cuatro crías documentadas, dos han fallecido.
Según el centro de investigación, la pérdida de esta nueva cría no solo es un golpe emocional para la madre, sino también un revés para la esperanza de aumentar la población.
Los investigadores han destacado que estas orcas son únicas por su dieta basada en salmón y por sus fuertes lazos familiares.
Viajan en grupos matrilineales y, ocasionalmente, se les puede observar en Puget Sound, brindando espectáculos naturales contra el horizonte de Seattle.
La historia de Tahlequah refleja una realidad crítica: estas orcas no solo luchan contra su extinción, sino también contra un entorno cada vez más hostil que amenaza su supervivencia.