En el último día de 2024, el Papa Francisco compartió un mensaje profundamente espiritual y esperanzador a través de sus redes sociales, llamando al mundo a reflexionar sobre la fraternidad, la fe y la solidaridad en tiempos difíciles.
“La esperanza del mundo está en la fraternidad, y la esperanza de un mundo fraterno es Cristo“, escribió el Sumo Pontífice, destacando que la misión del Hijo encarnado es recordarnos que somos hijos de un mismo Padre y, por lo tanto, hermanos entre nosotros.
El mensaje del Papa no solo invitó a la acción de gracias, sino también a una plegaria colectiva por las familias que sufren las consecuencias de conflictos armados en regiones como Ucrania, Palestina, Israel, Myanmar, Sudán y Kivu del Norte.
“Recemos juntos por las familias en guerra”, instó, subrayando la importancia de la escucha mutua, tanto en la familia como en la sociedad.
El Papa Francisco destacó el ejemplo de la Sagrada Familia como modelo de unidad, enfatizando que “en la familia, es más importante escuchar que comprender”.
Escuchar, dijo, es un acto de amor que otorga al otro el derecho a existir, a pensar y a ser valorado.
¡La esperanza del mundo está en la fraternidad! Y la esperanza de un mundo fraterno es Cristo, el Hijo encarnado, enviado por el Padre para que todos lleguemos a ser lo que somos, es decir, hijos del Padre que está en los cielos y, por tanto, hermanos entre nosotros.
El mensaje concluyó con una reflexión sobre la figura de María, la Santa Madre de Dios, como guía para leer los “signos de los tiempos” bajo la luz del misterio de Jesús.
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El Papa invitó a que este momento de cierre de año sea una oportunidad para mirar al futuro con esperanza, fortalecer la fe y trabajar por un mundo más solidario.
El mensaje, compartido con el hashtag #TeDeum, resonó profundamente en los creyentes, quienes respondieron con oraciones y compromisos para construir un mundo más fraterno en 2025.