Segundo, porque la crítica generalizadora contiene en realidad, quiera o no quien la formuló, un ataque destemplado, históricamente falso y peligroso, contra el federalismo. Si seguimos con la línea de razonamiento que propone, entonces tampoco deben existir policías locales y municipales, ni legislaturas locales, ni ayuntamientos, en suma, no debe existir ninguna otra autoridad diversa de la central, a fin de obtener entonces una coherencia general en el actuar y, presumiblemente, un ahorro. Pero esto no puede sostenerse en un país tan basto, diverso, pluricultural como el nuestro. La gran virtud del federalismo es que permite conservar los rasgos propios de cada porción territorial junto con la necesaria unidad en los asuntos nacionales.