La administración estatal anterior deja un legado en la RedQ con el sello de lo que fue, un conjunto de obras y de promesas inconclusas e incumplidas, pero en este caso en particular afectó al 65%-70% de la población, que es la usa el transporte público para trasladarse a sus destinos diarios.
La modernidad ha traído al Hombre un enorme conjunto de comodidades, pero también de problemas. Si alguna diferencia existe entre las sociedades feudales y las del siglo XXI es la concentración de personas en los espacios urbanos. En tanto en las primeras, grandes extensiones de tierra eran ocupadas por unos cuantos; en las actuales, grandes cantidades de personas se concentran en unos cuantos metros cuadrados.
Hasta el punto en que la solución urbana de las ciudades ha sido un diseño “hacia arriba” como New York o muchas de las ciudades europeas como Paris, Barcelona o Hamburgo, en donde las personas aspiran durante su vida a tener un buen departamento que esté bien ubicado ¿debido a que? a la comodidad de tener acceso a opciones multimodales de movilidad para su traslado diario al centro de trabajo, a las instituciones educativas o al esparcimiento.
El crecimiento urbano es parte de la modernidad y la seguridad pública tiene que ver esencialmente con los espacios públicos. Sin embargo, conforme la Ciudades se desarrollaron en el siglo XX y la necesidad de trasladarse a distintas partes de las mismas también, el urbanismo ha terminado por rebasar la realidad de los individuos, ahora si no tienes en qué trasladarte te quedas al margen. Una forma más de marginación que las sociedades modernas han construido.
La Ciudad de Querétaro pasó en menos de 20 años de una población menor a los 500 mil habitantes a una que es de más del doble. No hay una ciudad en el mundo que aguante un crecimiento de estas proporciones con la improvisación de por medio, con el cambio interminable de usos de suelo y con una migración diaria de decenas de familias sin entrar en un colapso.
Hace 10 años se realizaron los primeros estudios científicos, con la metodología y la tecnología necesaria para dimensionar una de las problemáticas relacionadas con el transporte público en la zona metropolitana de Querétaro. Si bien es una obligación del Estado proveer las condiciones y los servicios de transporte urbano, la política que se sigue en el mundo es que se concesiona, sin que eso quiera decir que el servicio opere bajo principios anárquicos.
Es fundamental el que se observen las regulaciones respectivas. Desde el punto de vista de la eficiencia económica es una buena decisión, siempre y cuando fuese la oferta y la demanda la que determinase la dimensión y el tipo del parque vehicular para atender una Ciudad y el precio del servicio.
Lamentablemente en nuestra Patria esto no ha sido así. Se han generado monstruosidades como el metro de la Ciudad de México o ahora, aquí en nuestro Estado, Red Q. Al trasporte público le ocurrió lo mismo que al servicio de salud, al de energía eléctrica, al petróleo o a las mismas policías: fue enviado a un baúl y olvidado por décadas, lejos de modernizarle, se concedieron derechos de asociación, justo para proteger los intereses de los concesionarios y de los intereses de los políticos en turno.
De aquel estudio realizado diez años atrás se desprendía que con aquella Ciudad, 600/650 unidades eran suficientes. Entonces había más de 1,500. Evidencia de que el otorgamiento de las concesiones había obedecido a otros intereses, no al de la población. ¿Cuál era el resultado? Decenas de hombres camión con un negocio que no era negocio. La solución era y sigue siendo formar una empresa para que los concesionarios se organicen y hagan más eficiente el servicio y sus inversiones.
En la administración estatal que terminó el pasado 30 de Septiembre, aquella empresa propuesta para integrar un sistema integrado de transporte público metropolitano fue transformada y convertida en la conocida RedQ. Transformada porque en lugar de ser operada por los concesionarios, esta fue delegada al propio gobierno y a un proveedor de plataforma informática que el mismo gobierno eligió, con lo que ello implique. Los problemas no se hicieron esperar.
Red Q no atiende el problema del 100 por ciento de los camiones que prestan servicio en la zona metropolitana, solo 30 centavos de cada peso son cobrados por las tarjetas que se han habilitado para ello, lo que significa que 70 centavos continúan cobrándose en efectivo lo que va no solo en detrimento del modelo que originó a RedQ, sino que genera problemas adicionales.
Hay que agregar otro problema ¿Cómo fue que en los últimos 24 meses se distribuyó el dinero que ingresa a RedQ? Concesionarios nos han confiado que desde hace muchos meses la cantidad que se les venía pagando disminuyó al 50%, lo que provocó la inconformidad de los concesionarios. Y es aquí donde aparece la figura del fideicomiso que se supondría debería estar protegiendo los derechos de los concesionarios y no del operador de RedQ, como aparentemente ha sucedido. Adicionalmente, el anterior Gobierno Estatal en el último momento hizo el ajuste a la tarifa que incluyó los seis años de su gestión, debiendo haberse hecho de manera paulatina y se realizó un cambio brusco afectando la economía de los usuarios.
El nuevo gobierno tiene un paquete de retos para poner orden a este asunto: lograr que el pago se generalice con la tarjeta y que se elimine el pago en efectivo, de tal forma que ahora si la RedQ o como se llame lo que quede, controle el 100% de los ingresos; ajustar las tarifas anualmente; auditar el fideicomiso que ha manejado los dineros del sistema de transporte y que ha sido la causa de fondo de las irregularidades que se han presentado para con los concesionarios de tal forma que se deslinden responsabilidades; diseñar y planear la operación integrada de rutas que estén enlazadas y que, por una parte, disminuyan el flujo de unidades en las principales avenidas que es donde usualmente están peleando los cocesionarios el pasaje y por la otra facilitar que los usuarios paguen un solo viaje en sus traslados cuando empleen más de una ruta; fortalecer las medidas que hagan al transporte más seguro, no solo por que existan paradas y horarios pertinentes, sino que se tomen las medidas preventivas para eliminar la comisión de delitos en las unidades; y por qué no? Si se trata de poner a Querétaro con nosotros, modernizar el asunto y hacer las denominadas troncales, el modelo que tanto éxito le ha dado a la Ciudad de Bogotá que ha resuelto el transporte público sin tener que invertir en un metro.
Mucho éxito le deseamos a nuestro nuevo Gobernador en este reto crucial que afecta a miles y miles de personas de nuestra metrópoli.
