El día de hoy comienza la semana más importante para los cristianos, en la que se recuerda la pasión, la muerte y resurrección de Jesucristo. Una semana, para muchos, de reflexión, de oración, de contemplación, de volver a los orígenes de lo que se cree; una semana de lecturas, eso para algunos, pero para otros … Leer más
El día de hoy comienza la semana más importante para los cristianos, en la que se recuerda la pasión, la muerte y resurrección de Jesucristo. Una semana, para muchos, de reflexión, de oración, de contemplación, de volver a los orígenes de lo que se cree; una semana de lecturas, eso para algunos, pero para otros es una semana de vacaciones, de relajación de los días de trabajo, una semana de distracción y de turismo.
Creo para muchos es lo que sucede en la realidad.
Sin embargo, el sentido espiritual de la Semana Santa no se puede negar. Ese sentido religioso, dirían algunos, “parece que se respira en estos días”. La pasión, muerte y resurrección de Cristo es incluso parte de la historia de los pueblos y parte de la historia de la humanidad y en nuestros pueblos se siente con las celebraciones, los oficios, los ritos que se realizan y, de los cuales, la población es partícipe de estas tradiciones.
En San Juan del Río, la Semana Santa reúne una serie de circunstancias que hacen de este momento del año una época diferente para los sanjuanenes.
Las procesiones de estos días comienzan con la Procesión del Domingo de Ramos que, desde la época virreinal, se realiza del templo de Santo Domingo al templo parroquial, en donde se celebra la misa propia del día.
Todavía recuerdo como, hace algunos años, la misa comenzaba propiamente en el atrio del templo, teniendo cómo un bello retablo la hermosa fachada de cantera morena sanjuanense, y recuerdo cómo dos sacerdotes -el párroco de San Juan Bautista y el rector del templo dominicano- comenzaban la celebración y una situación extraordinaria en el rito. Uno de ellos avanzaba hacia el templo parroquial y otro entraba en procesión al bello templo del siglo XVIII.
Así era como comenzaba la Semana Santa.
Don Valentín F. Frías señala, en sus ‘Leyendas y Tradiciones Queretanas’, la existencia de una procesión en la tarde de ese día y que se realizaba con la imagen de Santo Domingo. Una tradición desaparecida y que desconocemos desafortunadamente más datos sobre esta tradición.
El Martes Santo de cada año se renueva una de las tradiciones más antiguas de la ciudad: el rito solemne del ‘Aposentillo’, mismo que se realiza en el templo de Nuestra Señora de los Dolores, conocido popularmente como “El Beaterio”.
Este rito, cuya esencia principal es contemplar a Cristo en la cárcel y atenderlo por medio de niños de edad pequeña, tenía por objeto evangelizar a los indígenas en la época virreinal. Yo considero que probablemente este rito en nuestra ciudad tenga cerca de 300 años de realizarse, con algunas diferencias en sus oraciones, pero conteniendo la misma finalidad que se buscó desde su origen: comprender los sufrimientos de Cristo.
El Jueves Santo, por la tarde, los sanjuanenses se desbordan por las calles a fin de realizar la famosa ‘Visita de las Siete casas’, que no es otra cosa que visitar los monumentos instalados en las iglesias de la ciudad en donde se deposita el Santísimo Sacramento para la comunión del día siguiente, en donde no hay celebración eucarística.
Los monumentos representan toda una manifestación de arte, de alegría, de belleza en honor del Santísimo Sacramento y en recuerdo de la presencia de Cristo en la eucaristía. Así las cosas, los sanjuanenses viven su fe también acudiendo en gran cantidad a la misa ‘In Coena Domine’, en la cual se tiene el sugestivo rito del lavatorio de pies.
Para el Viernes Santo, muchos de los habitantes de nuestra ciudad acuden al rito del Vía Crucis, mismo que en el centro de esta virreinal ciudad se realiza desde la época de la dominación española desde el templo parroquial hasta el templo de la Santa Veracruz, hoy conocido como del Calvario, lugar en donde se venera la Santa Cruz.
Este Vía Crucis siempre se ha realizado utilizando imágenes y sigue el mismo camino que desde el siglo XVII se utilizado.
Por la tarde de ese día, los oficios religiosos se centran en la adoración de la Santa Cruz y en la Procesión del Silencio, para terminar con el pésame a la Santísima Virgen María, en un momento de oración y silencio, en donde los fieles se desbordan en un cariño inmenso hacia la Virgen de los Dolores.
Todavía hasta hace muy pocos años este día se podía ver vestidas a las mujeres con riguroso negro de luto y por lo regular no se escuchaba música ni ruidos estridentes. Esta situación ha ido cambiando y ahora es común ver cómo ni siquiera por respeto a las tradiciones se guarda el silencio para la procesión de la noche del Viernes Santo y cómo el negro de luto ha sido cambiado por vestimenta de colores que a veces me imagino un desfile de banderas africanas que una verdadera moda al vestir.
La Semana Santa concluye con la Solemne Vigilia de Pascua en la noche el sábado santo, que no es sábado de gloria, y la gran fiesta para los cristianos que es la Pascua y que es el origen de la creencia de miles de personas en el mundo. Así es como los sanjuanenses celebramos la Semana Santa, misma que comienza en este día. Ojalá recuperemos muchas de nuestras tradiciones y las heredemos a las futuras generaciones ya que es la esencia de nuestro pueblo.