Durante el magnífico evento organizado por el Centro Empresarial COPARMEX de Querétaro, además de haber escuchado grandes ponencias sobre los “Compromisos Impostergables”, que básicamente se dividieron en 3: Alto a la Corrupción, Crecimiento Económico y Seguridad e Impunidad, los asistentes hemos tenido la gran oportunidad y fortuna de escuchar a uno de los personajes más representativos del boom tecnológico de este siglo, Steve Wosniak, Co-Fundador de Apple. En realidad me esperaba una plática un poco más orientada a las #MentesDigitales, pero fue una buena combinación de la postulación de un “Chief Disruptive Officer” para incentivar la innovación disruptiva en las empresas, así como una buena lección de vida, al confirmar que ni el éxito super millonario que logró haciendo lo que él siempre había buscado y deseado, lo apartaron de sus ideales y forma de ser: Un Ingeniero que busca la innovación y la mejora continua, a través de la creatividad, que permita a todos contar con herramientas para tener una mejor vida.
Y precisamente escuchando a Wosniak, esta misma semana empezó la venta del iPhone X, que volvió a sacudir el mercado de los teléfonos celulares, de forma simultánea con el lanzamiento del Samsung Note 8.0 y el Pixel 2.0, estos últimos dos, los más avanzados de la tecnología Android, mientras que, por supuesto, el “X”, sigue en el camino de los iOs. De ahí la disertación y puntos de vista que tuve con mi compadre Milo, él, fiel seguidor a la tecnología divulgada y perfeccionada por el equipo de los Steves, Jobs y Wosniak; su servidor, siempre me han gustado los iPods, iPhones y todo lo relacionado con la manzana, pero para trabajo, me apego a las ventajas, beneficios y facilidad de uso que tiene para fines empresariales la tecnología desarrollada por Google: Android.
La conclusión de la cada día más frecuente pregunta: ¿Android o iOS? Quedo en la expectativa, engagement y aplicación que cada usuario, individual o empresa, tenga comprometida con cada una de las tecnologías. En pocas palabras, no cambies si no tienes una razón de peso total para hacerlo.