La semana siguiente, el próximo viernes, se celebrará el Viernes de Dolores se hace un especial énfasis en los sufrimientos que padeció la virgen en la pasión y muerte de Cristo. En el marco de las vísperas de la Semana Santa, aparece esta conmemoración, que si bien la liturgia católica la ha transferido a septiembre, en muchos lugares se sigue celebrando en ese día, como sucede en Querétaro y más concretamente en Soriano, en donde se encuentra la basílica de Nuestra Señora de los Dolores, la patrona de la Diócesis de Querétaro.
Una de las tradiciones que se niega a morir, pero que poco a poco ha desaparecido, es el llamado ‘Altar de Dolores’ o ‘Incendios’, que no es otra cosa que los altares que se dedican en este día a la Virgen de los Dolores, para recordar precisamente sus sufrimientos.
La imagen principal del altar es la Virgen de los Dolores, que se coloca en medio de cortinas moradas, el color de la esperanza y en ocasiones con lienzos de color blanco, significando la pureza de Nuestra Señora. Otro de los elementos es la gran cantidad de flores que se coloca, sobre todo todo de azucenas que son propias de este tiempo, en donde se ve claramente el significado de la pureza y que es el símbolo de la virgen.
Se utilizan naranjas agrias con banderas de color dolado o plateado para significar los dolores de la virgen y gran cantidad de velas, de ahí el término de ‘incendios’, que se prenden sobretodo en la noche para honrar a la Virgen Dolorosa.
En nuestro país esta tradición se remonta a la época virreinal, cuando se colocaban estos altares en los templos y en las casas. Como una forma de llamar la atención se visitaban en la tarde del Viernes de Dolores y se ofrecía agua de limón con chía o de naranja agría, para significar las lágrimas de la virgen.
Desafortunadamente esta tradición ha ido a menos y son pocas las iglesias que colocan el Altar de Dolores o las casas que continúan esta tradición. Ahora pareciera que los altares son objetos de museo. Todavía recuerdo casas de San Juan del Río que ponían los altares de Dolores y se arreglaban con plantas de helechos como una característica propia de nuestra ciudad. Ojalá esta tradición se retome y no se pierda como una verdadera herencia de un pueblo creyente y fiel de sus tradiciones.