En estos días, hemos vivido algunos días con mucho calor, es decir, con temperaturas fuera de lo normal; el cambio climático ya nos esta afectando de manera permanente, hemos perdido una de las características de nuestra ciudad que era el clima templado que era propio de San Juan del Río.
Las temperaturas de 33 o 34 grados Celsius en la sombra en la ciudad nos hablan de lo que esta pasando, pero, aunado a esto, no hemos tenido lluvias en los últimos dos años, la sequia nos ha llegado a limites de encontrarnos con presas, en nuestro municipio, con un tres por ciento de almacenaje, en donde inclusive antes podíamos realizar actividades como torneos de pesca o algunas otras actividades.
Pero ¿qué nos ha pasado?, desafortunadamente esta situación no solo es por la contaminación mundial, sino que incluso hemos cambiado el ecosistema de la ciudad. Muchos recordamos ejemplos los grandes balnearios en los cuales el agua y los árboles eran la constante de estos lugares. Cómo no recordar, por ejemplo, el balneario ‘Agua Rica’, que, ahora, ha sido convertido en un centro comercial y oficinas públicas.
Cómo no recordar las huertas de la ciudad, desde las pequeñas huertas en las partes traseras de las casas hasta las grandes huertas como la llamada ‘Huerta Grande’, la del ‘Molino’ y la ‘Viña’, que eran las más importantes y tradicionales en la ciudad.
Recordamos también los grandes árboles que existían en la antigua estación del ferrocarril, los árboles en muchas casas o en diversos lugares como la propia avenida Juárez, muchos de ellos ya desaparecidos.
También recordamos las grandes casonas o las pequeñas con muchos árboles, con macetas en todos los pasillos o patios, pero, ahora, cada vez, son menos casas las que los tienen. Es entonces que nos damos cuenta que hemos modificado mucho nuestro ecosistema y lo que teníamos como parte de la ciudad y lo más triste es lo que ha pasado con nuestro querido río San Juan, el cual, ya desde hace varios, años se encuentra parcialmente seco.
Tenemos la obligación definitivamente de reflexionar lo que hemos hecho, no solo es momento de echar culpas, es momento de trabajar y de proteger a la ciudad y lo que es nuestro ecosistema. Es momento de cuidar el agua, de plantar más árboles y de cuidar toda la naturaleza que se tiene. El planeta ya nos reclama su cuidado y nuestras futuras generaciones nos tienen que recibir una verdadera herencia que es una casa digna con un cuidado permanente y con una conciencia de la protección de todo lo que nos rodea.
MT