¿Recuerdan el giro político? Los políticos solían engañar a los electores describiendo sus políticas de maneras engañosas. Por ejemplo, el Gobierno de Bush tendía a afirmar que las exenciones fiscales para los ricos en realidad tenían que ver con ayudar a los adultos mayores, porque los estadounidenses extremadamente ricos suelen ser bastante viejos.
Sin embargo, los republicanos ya no se toman la molestia de presentar los hechos de manera engañosa. En cambio, mienten simple y llanamente.
¿Sobre qué mienten? Muchas cosas, desde la cantidad de gente presente hasta la delincuencia cometida por inmigrantes, desde las plantas de acero hasta la Corte Suprema. Sin embargo, en este preciso momento, el esfuerzo más intenso y coordinado de sus mentiras tiene que ver con la atención médica, un tema en el que los republicanos mienten sin cesar tanto sobre su propia postura como la de los demócratas.
La verdadera postura republicana sobre la atención médica ha sido clara y consistente desde hace décadas: el partido detesta, sencillamente detesta, la idea de que el gobierno intervenga para que todos los ciudadanos tengan acceso a la atención médica básica, sin importar su nivel de ingresos ni su historial médico.
Este odio incluye, en gran medida, el odio a Medicare. Ya desde 1961, Ronald Reagan advertía que promulgar Medicare destruiría la libertad estadounidense. Tal vez solo me lo parezca a mí, pero no creo que eso haya ocurrido. Newt Gingrich paralizó el Gobierno en su intento para obligar a Bill Clinton a recortar el financiamiento a Medicare. Paul Ryan propuso poner fin al Medicare que conocemos y remplazarlo con cupones inadecuados que se usarían para la compra de seguros privados.
Evidentemente, el odio se extiende a la Ley de Atención Médica Asequible. Los republicanos no solo odian los subsidios que ayudan a la gente a comprar seguros; además, odian las normas que evitan que las aseguradoras discriminen a la gente con enfermedades preexistentes. De hecho, veinte procuradores generales de estados republicanos presentaron una demanda con la finalidad de eliminar la cobertura para enfermedades preexistentes y el gobierno de Trump se negó a oponerse a la demanda, más bien la respalda.
Así que si eres un elector al que le importa la atención médica, no debería ser difícil identificar cuál es la postura de cada partido. Si crees que Medicare es malo y que el gobierno no debería proteger a las personas con enfermedades preexistentes, vota por los republicanos. Si quieres defender Medicare y garantizar la cobertura médica incluso para aquellos con problemas de salud, vota por los demócratas.
Sin embargo, los republicanos tienen un problema con esto: las políticas que odian, y que los demócratas adoran, son extremadamente populares. Medicare cuenta con un apoyo abrumador. Lo mismo sucede con la protección a las enfermedades preexistentes, que incluso apoya una amplia mayoría de los republicanos.