De semblante serio y muy amable me recibió en nuestro primer encuentro. Mucha gente cree que el dar clases es un empleo poco serio o de poco mérito, pero él hizo hincapié en repetidas ocasiones sobre la importancia de ser profesor, la ética y la responsabilidad de estar al frente de un aula.
En esa ocasión él me entrevistó, fue una entrevista amable pero puntual, y sin dejar de evaluar mis conocimientos y experiencia, también hizo preguntas personales, noté interés en conocer un poco de mí como candidato a profesor.
Así tuve la oportunidad de cumplir mi sueño de dar clases en la Licenciatura de Ingeniero Arquitecto, ingresé a la plantilla de maestros de la UNIVA.
Al tratarse de mi primer contacto con la docencia, tuve que aprender a llenar formatos, a cumplir con reportes y tratándose de una escuela humanista, aprendí a procurar el bienestar de los alumnos desde la ética que debe tener todo profesor.
Su liderazgo llevaba a los maestros por la mejora continua, desde la Coordinación que él llevaba en la carrera de Arquitectura, me encaminó a cada día ser una mejor versión de mí y comprendí que para él, ser maestro es una forma de contribuir a que el mundo sea un espacio mejor.
Me asombró la gran empatía que tenía con los alumnos pues noté que no sólo se sabía sus nombres, sino que también preguntaba a todos los maestros por cada uno de ellos, como si fuera un padre cuidando de sus hijos.
Él sabía perfectamente quiénes eran los estudiantes destacados y los que requerían un poco más de atención para que pudiesen brillar.
Siempre tenía su oficina abierta para cualquier asunto, y siempre buscaba que todos tuvieran la confianza de acercarse a él para compartir sus inquietudes o necesidades. Lo vi apoyar en situaciones personales, lo cual me hizo admirarlo y admirar su vocación de servicio.
Este reconocimiento lo dedico a él, mi amigo Francisco Osorio Granded que ha iniciado una nueva etapa profesional al dejar de pertenecer a las filas de la UNIVA, a quien admiro mucho y agradezco su apoyo porque siempre respetó mi libertad de cátedra, criterios y ética con los alumnos, promoviendo la justicia humana y el continuo crecimiento personal. Te deseo lo mejor mi estimado ingeniero.