Cuando un equipo presupuesta una temporada para realizar una cierta cantidad de puntos y en el camino se encuentra que está en la liguilla, la ganancia es doble. Es el caso del Club Querétaro, auténticamente se le alinearon los planetas, tres resultados en concordancia para llegar a la “fiesta grande”, la derrota michoacana, la victoria queretana y el empate entre hidalguenses y guanajuatenses dieron por consiguiente un acceso más que de panzazo pero ya estamos. Cuando usted lea esta colaboración seguramente ya habrá pasado el primer partido de cuartos de final entre Gallos y Cruz Azul, sea el resultado que sea, sigo asegurando que Cruz Azul no será campeón. No me desgastaré en explicarle los motivos para no quitar atención al objetivo final de esta aportación.
Querétaro tuvo los puntos necesarios, llega con humildad, nómina modesta y como víctima; normalmente un equipo así se vuelve muy peligroso para los grandes equipos porque sustituyen sus debilidades por un factor mental, alma y corazón (hue..s) siempre apoyados por una afición que también deja todo en la tribuna, el jugador número 12. La vuelta será en el Estadio Azteca, un lugar que tiene buenos y malos recuerdos para el futbol queretano, en 1987 se perdió una final de ascenso contra Correcaminos. Un club de nuestra ciudad no juega ahí ante Cruz Azul desde aquellos Campesinos en las temporadas 80-81, 81-82.
Y el mejor de los recuerdos, hace un par de años, los Gallos de Ronaldinho nada más le metieron 4-0 a las Águilas del América.
Gallos ya le ganó a Cruz Azul en el torneo y aunque las circunstancias cambian, el antecedente podría ser un parámetro para sacar adelante un buen resultado y un posible pase a la semifinal. Le daré un dato, Cruz Azul, el líder no tuvo al goleador del torneo y eso es otro factor a considerar.
La moneda está en el aire pero no me sorprendería que los planetas se alineen nuevamente este próximo sábado y los Gallos le peguen un susto a los cementeros. Un torneo más para los celestes sin ser campeón y todos se acordarán de los queretanos que sumarán el suplicio de los capitalinos.