Corría el minuto 101 de la final de la Copa del Mundo de 1966 entre las selecciones de Alemania e Inglaterra. Los últimos eran los anfitriones y cuenta la leyenda que todo estaba preparado para que los ingleses fueran campeones. El jugador Geoff Hurst realizó un disparo que pegó en el travesaño y rebotó en el campo de juego. El árbitro asistente soviético Tofik Bakhramov dio por buena la anotación, confirmación del central Gottfried Dienst para que los ingleses tomaran ventaja y a la postre consiguieran la victoria de 4-2.
La jugada polémica le dio la vuelta al mundo una vez que quedó la duda si había sido gol o no. Los ingleses siempre dirán que sí, el resto del planeta dirá que no. Para no hacer el cuento largo, han pasado 52 años y seguimos sin ponernos de acuerdo. Hoy, a pesar de los avances de la tecnología, surgen jugadas como la del pasado fin de semana en el partido entre Guadalajara y Toluca.
Anunciaron una sanción para el árbitro central por no aplicar adecuadamente el procedimiento, pero yo voy más allá. Se vuelve a evidenciar que el famoso sistema de apoyo en video no está completo y los esfuerzos por impartir justicia y que las decisiones del árbitro sean infalibles, fallaron. Resulta que el sistema VAR, no tiene un ojo de halcón, ese que sí utilizan en Europa y las Copas del Mundo para asistir en su totalidad a los árbitros. Entonces de qué sirve tener un sistema tan caro como el VAR si su función está incompleta. El no tener una cámara o un aparato complementario en la línea de gol, es volver al pasado, un retroceso.
El argumento es que es muy caro y yo le digo que es más caro perder por una injusticia. Si yo fuera dueño de un equipo de futbol, me sentiría defraudado porque lo que se compró en materia de justicia tecnológica; pensaría que está incluido en el mismo paquete, contar con un aparato que me diga si el balón rebasa o no la línea de gol.
Vendrán grandes reflexiones para la liga mx o la Federación Mexicana de Futbol. Hay un sistema incompleto y quiero decirle que la jugada que vimos el fin de semana, es más común de lo que alguien se puede imaginar. Cuidado.