Francisco Pájaro Anaya
Desde hace unos días el reloj del templo de Santo Domingo en San Juan del Río, ha vuelto a funcionar, aunque es un reloj de reciente fabricación, si no más recuerdo unos doce o trece años de que se instaló en la torre campanario del templo de referencia. Sin embargo ha llamado la atención por las melodías que se tocan con su sistema eléctrico y por la puntualidad con que las realiza, en este sentido es de señalar que desde que comenzó a funcionar se escucha su sonido cada quince minutos y al dar la hora se escucha de manera muy clara el sonido de la melodía llamada: “Los cuartos de Westminster”, y al medio día se escucha el famoso toque del “Ave María de Lourdes”, recordando el antiguo toque que se daba del ángelus y que era propio de muchos lugares al llegar a la mitad el día.
Dicho reloj se colocó a iniciativa del señor Álvaro Fernández de Cevallos y Ramos, quien tenía su domicilio frente al Monasterio de Nuestra Señora de los Dolores, que se le conoce como “El Beaterio”, gracias a él se reunió una cantidad de dinero interesante con la ayuda de varios benefactores como don Alfonso Patiño y don José Velázquez, quien colaboraron para comprar el reloj de marca centenario, mismo que se realizó en el estado de Puebla.
En su momento se le fue entregado al entonces rector del templo, el muy estimado Padre José Moya Tovar, quien lo acepto gustoso como un atractivo más del templo y fue colocado en el lugar donde se supone en algún otro tiempo existió un reloj, situación que nunca ha sido confirmada.
Así las cosas, por descuido, por abandono o por simple negligencia, durante mucho tiempo dejó de sonar y hasta el mes de diciembre del año pasado se volvió a ponerlo en funcionamiento y se ha convertido en un verdadero referente para el centro de la ciudad, mismo que se suma al reloj público que se encuentra en la torre del templo del Señor del Sacromonte, que data del siglo XIX y que fue traído desde Europa para ser colocado en nuestra ciudad, ese reloj de repetición ha dado de manera constante las horas en el centro de la ciudad.
Desafortunadamente el otro reloj público del centro de la ciudad y que se encuentra en el actual Santuario Diocesano de Nuestra Señora de Guadalupe, se encuentra fuera de servicio en lo que constituye un descuido por parte de los responsables del templo de un bello reloj que precisamente el pasado 12 de diciembre cumplió 40 años de haberse instalado.
Los invito a disfrutar el sonido de nuestros relojes públicos y a disfrutar las horas que vivimos ya que son irrepetibles.