Ser testigo de que, en los litigios, podemos acreditar la responsabilidad de alguien a través de medios de prueba que se adhieren a la tecnología, es totalmente congruente
Sergio Arellano
La COVID-19 es una enseñanza tremenda para la comunidad jurídica. La innovación -no solo en la industria científica o tecnológica- es importantísima. En esta ocasión, quiero reflexionar con ustedes, sobre las áreas de oportunidad que brindará la pandemia y, teniendo en consideración, la imposibilidad de ir a los tribunales de manera presencial o de asistir con su abogado/a de confianza para una asesoría; he llegado a algunas conclusiones.
El derecho al acceso a la justicia es para todas y todos, ¿cierto? En este sentido y contemplando lo que estamos viviendo, ¿qué está sucediendo con las personas de las comunidades marginadas? O si lo quieren ver de esta forma, ¿qué ocurre con los grupos en situación de vulnerabilidad que tienen la dificultad de entrar a una plataforma electrónica para una defensa legal?
Vámonos al origen. Si seguimos añadiendo escenarios, en la práctica y en el ejercicio, he presenciado innumerables casos de gente que llega a los tribunales pidiendo indicaciones u orientación respecto a su situación legal. En este momento, los filtros para ingresar a los juzgados son estrictos y escasean quienes proporcionen asesoría.
En tiempos de contingencia sanitaria y en un ambiente de normalidad, la población debe tener las herramientas informativas, los canales para hacer valer sus derechos y una actualización constante; atenciones que deben ser brindadas por el personal del poder judicial. La actualidad nos enseña a ser más dinámicos, les quiero enunciar los aciertos que poco a poco se han ido construyendo, entre los más notables, se encuentra: el consultar expedientes vía internet; es una maravilla.
El saber que al día hoy, en otros países del mundo, las audiencias se llevan a cabo en formato televisivo, abona. Ser testigo de que, en los litigios, podemos acreditar la responsabilidad de alguien a través de medios de prueba que se adhieren a la tecnología, es totalmente congruente. Por supuesto, el conocer que la inteligencia artificial es un debate entre el gremio de la abogacía, sorprende. Sin embargo, estos avances serán inútiles si no contamos con la accesibilidad de la información; la protección será a medias.
La Suprema Corte de Justicia da la Nación ha invitado al profesionalismo de las y los juzgadores. Empecemos con acercar el contenido constitucional a quien más lo necesita.