También es uno de los funcionarios que tiene una encomienda relacionada con un tema que atañe al Bajío y es Caja Libertad, que, por cierto, este semestre dará de qué hablar
Alhelí Lara
La confrontación y golpeteo constante hacia el Gobierno federal puede ser un acto que vende bien y atrae a un sector molesto con el actuar del presidente en función, pero es poco efectivo para un gobernador.
Esto lo ha entendido el actual mandatario de Querétaro, Francisco Domínguez Servién, quien ha optado por elegir las batallas y conserva lazos de comunicación y amistad con personajes de la “4T”, como la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero.
Ahora le toca al senador con licencia, Mauricio Kuri, hacer lo propio y comenzar a construir o reforzar sus propios puentes de comunicación con el jefe del Ejecutivo. Hoy por hoy, ese puente se llama Julio Scherer Ibarra, consejero jurídico en la Presidencia de la República y amigo del precandidato del PAN a la gubernatura de Querétaro.
Scherer ha logrado permanecer en el primer círculo de López Obrador a pesar de algunos escándalos como no haber declarado un departamento en Nueva York, cuyo costo asciende a 1.7 millones de dólares y quedó en propiedad de su expareja, según una investigación periodística de El Universal. También es uno de los funcionarios que tiene una encomienda relacionada con un tema que atañe al Bajío y es Caja Libertad, que, por cierto, este semestre dará de qué hablar.
Y su otro puente podría ser el canciller Marcelo Ebrad, con quien también tiene cierta cercanía. Lo cierto es que tanto Mauricio Kuri como otros aspirantes a ocupar la Casa de la Corregidora, ya tienen -o deben tener- en mente esos lazos y nexos que van más allá del capital político del cual gozan sus partidos.