La muerte de un diestro engrandece y hace trascender a la Fiesta Brava
Juan Carlos Sámano
En días pasados se conmemoraron 75 años de uno de los cosos más importantes del Mundo Taurino, recinto en el que se han escrito un sin número de historias y proezas al grado de ser considerada la Plaza de Toros más importante del Continente Americano. Su edificación sobrepasa lo imaginable, sobre todo por haber sido construida mitad en el aire y mitad en unas profundas excavaciones de 20 metros por debajo del nivel del suelo. Parte de un gran proyecto que pretendía ser llamado ‘Ciudad de los Deportes’ y que por cuestiones financieras, Don Neguib Simon terminó vendiéndolo a Don Moisés Cosió, quedando únicamente La Plaza de Toros y un Estadio Olímpico.
Dentro de esos 75 años de historia, este coloso de concreto premezclado enclavado en la actual colonia Noche Buena, ha recopilado un torrente de anécdotas que bien vale la pena comentarlas, ya que forman parte de la grandeza del toreo en México. Cuenta con un aforo para 41 mil 262 espectadores y ha sido utilizada, como otros cosos en el mundo, para todo tipo de eventos, llegando a albergar hasta 50 mil personas. En su albero se han cortado 176 rabos y se han indultado 51 reses en toda su historia. El primer indulto se dio en abril de 1951 al toro ‘Muñeco’ de Ernesto Cuevas por Luis Procuna, el siguiente fue “Cantarito” de Valparaiso, lidiado por Joselito Huerta en Mayo de 1959. El primer novillo indultado fue “Feligrés” de La Venta del Refugio por el Juli en 1997 y el primer toro de rejones al que se le perdonó la vida fue “Copo de Nieve” de Reyes Huerta en febrero del 2018.
La muerte de un diestro engrandece y hace trascender a la Fiesta Brava, y en este albero han dejado su vida algunos, como el novillero José Rodríguez “Joselillo” en 1947, el monosabio Carlos Domínguez “Gamucita” en 1978 y el rejoneador Eduardo Funtanet en 1997. También fue escenario de una de las mayores broncas de las que se tenga memoria, y esta fue protagonizada en enero de 1947 cuando “El Ave de las Tempestades”, Lorenzo Garza, se encaró con un espectador, al que llegó a amenazar con un estoque, se prendieron fogatas en varias zonas, se destruyó el reloj y butacas arrancadas y arrojadas el ruedo terminando con un gran triunfo de Manolete.
Estas son algunas de muchas anécdotas que de alguna manera han engrandecido a este Monumental escenario, y que cuya grandeza, sin duda, ha influido para consolidar y engrandecer la Tauromaquia tanto de México como en el Mundo.