A pesar de ver las calles sin el exceso de publicidad y anuncios como en décadas anteriores, ahora escuchamos autos con bocinas y altavoces promoviendo a los candidatos de todos los partidos
Seth Pérez
En este proceso electoral, como en otros, surgen voces que advierten riesgos de todo tipo, desde tintas invisibles hasta los problemas para mantener una sana distancia en las urnas. Pero nada debe detener la intención de votar. Sin embargo, en muchas ciudades los propios candidatos que contienden no motivan a votar. ¿Por qué?
A pesar de ver las calles sin el exceso de publicidad y anuncios como en décadas anteriores, ahora escuchamos autos con bocinas y altavoces promoviendo a los candidatos de todos los partidos. En algunas ciudades se respetan las normas para mantener los decibeles en un nivel aceptable, pero en muchas otras el ruido es molesto y no hay un contenido que motive al voto. La competencia parece estar en la canción seleccionada por el partido o candidato y no en las propuestas o cambios prometidos.
Quizás los candidatos han leído los últimos estudios que muestran que los votantes se motivan más por la imagen y carácter del candidato que por las propuestas o promesas de cambio. Sin embargo, otros estudios afirman que gran parte del voto en contra del partido en el poder son las afectaciones al bolsillo de los votantes, la inseguridad o una deficiencia en servicios públicos básicos. Por lo que sea, vamos a votar.