En Querétaro hay gran variedad de bolardos
Raúl Lorea
Un bolardo es un poste “pequeño” que se coloca en fila (con otros bolardos), para delimitar la convivencia entre peatones y automóviles. También se colocan para proteger a algún edificio o instalaciones como un transformador o un cuarto de máquinas.
Los hay de muchos materiales (concreto, plástico, piedra, madera, metal) y de todo tipo de estilos, colores, dimensiones y funciones.
Se pueden instalar “anclados” mediante taquetes especiales, o “empotrados”, de forma tal que una parte de ellos queda “clavada” en el suelo, garantizando mejor resistencia a impactos.
En Querétaro hay gran variedad de bolardos; como los “tipo Juárez”, colocados en la calle V. Guerrero esquina con Francisco I. Madero. Su diseño convive armónicamente con el contexto del Centro Histórico y sus características ofrecen una buena protección para el peatón, ya que son hechos fundición de aluminio, tienen un castillo de concreto en su interior y son visibles para cualquier automovilista.
Por otro lado, a unas cuadras de ahí, están los de la colonia Niños Héroes, que con un diseño más moderno, pequeño y frágil, constantemente son víctima de daños ocasionados por automovilistas, lo cual los vuelve únicamente estéticos e inservibles para el peatón.
Independientemente de su aspecto, los bolardos ayudan a tener continuidad en el espacio público, al ser una barrera para los autos pero no para las personas, con ello también se puede aportar un valor para la accesibilidad universal dando oportunidad de eliminar escalones, si el diseño así lo considera. Cuidemos los que quedan y exijamos que los próximos a instalar sean seguros para todos más allá de sólo cumplir un valor estético.