El avance tecnológico y de difusión de información debe partir y alcanzar suficiente cobertura para la defensa de los derechos humanos, principalmente de la niñez o quiénes son más vulnerables.
‘Mish’ Miranda
Acusada por una joven que fue difamada en sus redes sociales, la conocida ‘influencer’ Yoseline Hoffman, ‘youtuber’ ‘YosStop’, ha sido demandada por difusión de pornografía infantil, sustentada en el Código Penal de la capital de México que tipifica la adquisición, almacenamiento, reproducción, descripción y el “publicitar” un video de contenido sexual de una menor, como un delito de pena grave.
La denuncia se sustenta principalmente en el comentario que hizo la ‘influencer’ sobre las imágenes de la agresión, las cuales ella reconoció haber recibido, reproducido y guardado en su móvil y que para tal suerte se contemplan como delito hoy en la Ley Olimpia (una reforma legal que impone penas de hasta seis años por difundir imágenes de contenido íntimo y sexual sin el consentimiento de la persona implicada; entrará en vigor este mismo año 2021) o en el Código Penal para quienes son menores de edad que tiene una implicación mucho más grave porque tiene que ver con niñas y niños.
El avance tecnológico y de difusión de información debe partir y alcanzar suficiente cobertura para la defensa de los derechos humanos, principalmente de la niñez o quiénes son más vulnerables.
La propagación de información desde la cultura en pro de la dignidad de la persona es parte de las urgencias que en pleno siglo XXI siguen haciendo falta para la protección de la integridad de todas y todos.
Este afamado caso, por su origen de escrutinio público –porque implica a una figura pública y conocida–, nos brinda lecciones de lo que se debe cuidar al momento de hacer uso de la voz en redes sociales, hace un llamado a quienes detrás de una pantalla crean contenido, quienes están salvaguardando su seguridad, mientras pueden estar dañando la dignidad de otros.
Por mencionar datos alarmantes, en México se produce el 60 por ciento de la pornografía infantil consumida en el mundo, más de 12 mil cuentas de internet que distribuyen pornografía infantil. Espacios como ‘Seguridad infantil en internet: retos y estrategias mundiales’, del Fondo de Naciones Unidas para la lnfancia (Unicef), siguen generando esfuerzos para erradicar este problema que afecta la vida de las nuevas generaciones y tiene implicaciones para el desarrollo de una sociedad con aún retos que superar.
Al día de hoy, la sociedad civil, los congresos locales y el federal, pero principalmente la ciudadanía, deben hacer consciencia de lo que sucede más allá de la puerta de nuestros hogares o ahí mismo sin querer mirarlo. El abuso sexual, principalmente el infantil, no es un juego y sucede cerca de nosotros todos los días.