Sergio Arellano
Puedo asegurar que usted, estimada o estimado lector, ha tenido un asunto legal.
Esto no es algo malo, al contrario, pudo haber sido una asesoría para una
compraventa de una casa, poner en regla un testamento o sencillamente, trató
sobre la apertura de su negocio. Tener un abogado de confianza es la mejor
decisión que puede tener. Ahora, veamos el otro lado de la balanza. En ocasiones,
tenemos que contratar a un asesor jurídico para que nos represente ante una
situación que ha afectado nuestra esfera personal o patrimonial. Dependiendo el
caso, llamaremos a un civilista, penalista u otro especialista que tenga la
capacidad de resolver nuestro conflicto. Dentro de esta gama de especialidades,
se encuentra la que se enfoca específicamente en violaciones a derechos
humanos. ¿Cuándo aplica? En escenarios en los que la dignidad fue vulnerada.
Vayamos al ejemplo práctico. Una persona con discapacidad que es discriminada
al interior de la empresa en donde labora y es tal el bullying, que termina firmando
su renuncia. Aquí viene el litigio estratégico en derechos humanos. En días
pasados, estaba leyendo una obra muy interesante del Dr. Sergio García Ramírez,
Ex Procurador General de la República y como experto en la materia, hacía
evidente lo que debemos hacer ante una violación a derechos humanos. Posterior
a la denuncia, queja o demanda, ¿cómo reparamos el daño? Para responder esta
pregunta tan acertada, me enfocaré en 3 cuestiones principales: garantizar que la
víctima pueda acceder y ejercitar sus derechos fundamentales, identificar las
consecuencias de la medida que violó dichas potestades en aras de enmendarla
y, por último, indemnizar a la parte agraviada. A comparación del sistema europeo,
en el esquema latinoamericano, se ha optado por reparar los daños más allá de
una cantidad monetaria, se busca una solución integral. Con esta información,
considero que muchos de ustedes, optarán por una defensa “más humana” y con
un margen de fundamentación que tiene su respaldo en jurisprudencia
internacional, tratados y en la misma Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos. Quienes nos dedicamos al estudio de esta área particular, podemos
decir que la satisfacción es enorme ya que tenemos la oportunidad de impactar
positivamente en la calidad de vida de nuestros representados.