Jorge Camacho
Desde 2016, en Coparmex hemos seguido la estrategia de proponer incrementos a los salarios mínimos por encima de la inflación para impulsar el nivel de bienestar de los que menos ganan.
En este sentido, han sido nuestras las propuestas hechas a la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami), que el empresariado ha acogido con responsabilidad social para favorecer a sus colaboradores. De esta manera, hemos logrado que en los últimos años el salario mínimo se haya incrementado en más de un 50 por ciento en términos reales.
La propuesta que hacemos es que el incremento general a salarios sea de 7 a 8 por ciento para mantener su poder adquisitivo y que a los salarios mínimos se les aplique un MIR (monto independiente de recuperación) de aproximadamente 20 pesos diarios, que lo llevaría a un incremento porcentual de 20 por ciento, quedando el salario en 172 pesos diarios.
Es un gran esfuerzo el que haremos las empresas, especialmente en una época de crisis de la que aún no salimos, para lograr estos incrementos salariales. Recordemos que en 2020 más de un millón de empresas se vieron obligadas a cerrar y con ello 12.5 millones de empleos se perdieron. Salir adelante ha sido muy difícil; las empresas nos hemos visto obligadas a endeudarnos para mantenernos a flote, a falta de apoyo por parte del Gobierno federal. Sin embargo, estamos conscientes de la situación que viven nuestros hermanos mexicanos que menos tienen y claro que vamos a apoyarlos.
Quiero destacar el caso de Querétaro, donde la recuperación de empleos formales ha sido muy buena. Al cierre de octubre de este año, además de recuperar todos los empleos perdidos en 2020, se logró un incremento de más de 40 mil empleos formales y esta tendencia seguirá al alza por el dinamismo y trabajo colaborativo que hace el sector productivo con los gobiernos estatal y los municipales.
En Coparmex, creemos en la justicia social y en un capitalismo consciente e inclusivo, que genere empleos bien pagados que permitan cerrar las brechas económicas, sociales, educativas y culturales que tanto laceran a nuestro país.
La deuda es muy grande. El poder adquisitivo del salario mínimo en 1955 a precios de hoy era de 100 pesos diarios. Durante los 20 años siguientes creció hasta llegar en 1976 a un equivalente de 352 pesos diarios. Sin embargo, con las crisis económicas generadas por políticas monetarias, económicas y políticas en las presidencias de Luis Echeverría Álvarez, José López Portillo y Miguel de la Madrid Hurtado, el poder adquisitivo del salario mínimo bajó dramáticamente hasta llegar, en 1994, a un equivalente de 80 pesos diarios. Este salario en términos reales se mantuvo durante 15 años y es en el último quinquenio donde se ha logrado una recuperación hasta llegar a los 141 pesos diarios. Esperamos que para el 2022 pueda subir a los 172 pesos que mencioné.
Lo paradójico es que el presidente López Obrador está siguiendo las políticas de los años 70, 80 y 90 del siglo pasado, en donde el poder adquisitivo del salario mínimo se derrumbó. Por otro lado, al no apoyar a las empresas, en particular a las medianas y pequeñas, está provocando un crecimiento de la informalidad donde los salarios son todavía menores. Recordemos que el 56 por ciento de los empleos en México son informales y su productividad es 70 por ciento menos que la de empresas formales, pues solo aportan el 23 por ciento del PIB a pesar de ser más del 50 por ciento del empleo.
Otro punto preocupante es la inflación. Al día de hoy es de 7.05 por ciento, la más alta de las últimas décadas y se estima que seguirá creciendo en los próximos meses. Este puede ser el preámbulo de una crisis todavía mayor a la que vivimos en el 2020 si no se controla la misma. Además, la propuesta del presidente López Obrador para que Victoria Rodríguez Ceja sea quien dirija el Banco de México ha puesto a los mercados financieros muy nerviosos. Si bien cuenta con experiencia en materia de Hacienda pública, particularmente en materia presupuestal y manejo de deuda, carece de experiencia en política monetaria principal objetivo de Banxico.
Si el Senado de la República la ratifica, entraría en un momento difícil, con una inflación al alza y con el temor de que las intentonas intervencionistas de AMLO con el organismo se hagan realidad, en cuyo caso, podría perder el prestigio internacional que tiene hasta la fecha y que podría ser el principio de una debacle financiera al estilo de los años 70 a 90.
Estimado lector, es importante que hagamos nuestra parte y esfuerzo por tener mejores salarios para nuestros colaboradores con la finalidad de incrementar sus niveles de bienestar y tener un piso más parejo para todos los mexicanos. Urge que generemos el bien común para todos.