En los últimos años ha sido notable el nacimiento de nuevas universidades particulares, las cuales resultan una alternativa atractiva ante la falta de espacios en la educación pública.
Sin embargo, su operación deja mucho que desear, pues no solo son ‘desconocidas’ –en algunos de los casos–, sino que operan como mero negocio, sin cuidar la tenencia de una oferta educativa de calidad.
Entonces, la educación es un producto más en el mercado de consumo; por ello, para a algunos de estos ‘académicos’ poco les interesa contar en lo inmediato con el famoso RVOE, que no es otra cosa que el Registro de Validez Oficial de Estudios, que avala la SEP.
La buena noticia es que ya les pusieron el ojo y las revisarán una por una para verificar que cuenten con los permisos y no dejen en el limbo a cientos de estudiantes que, después de años de preparación, no pueden obtener un título profesional porque sus programas de estudio jamás tuvieron validez; por eso, ¡aguas! Hay que verificar que estas instituciones de paga tengan reconocimiento oficial.
Otro tema importante: inicia la veda electoral y todo lo que implica; es el inicio del camino rumbo a la consulta ciudadana de revocación de mandato.
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