Entre tanto ‘porrazo’ de los últimos dos años —desde que nos cayó la COVID— el Día de Reyes siempre representa una lucecita en medio del caos. Ayer, niñas y niños recibieron obsequios, y no fue cualquier obsequio, sino el que representa el esfuerzo de las mamás y papás que hacen el ‘guardadito’ para cumplir con la tradición mexicana.
Ese esfuerzo no solo redundó en caritas felices, sino en la recuperación de la economía que, desde hace meses, no levantaba como quería o cómo necesitaba; por primera vez, Canaco reportó que se superaron las cifras de venta —para una temporada— desde que comenzó la pandemia; se logró una venta superior en 7 por ciento en comparación con 2020. En otros periodos importantes para el comercio, como las vacaciones, los puentes, la celebración de la Independencia de México, incluso la Navidad y Año Nuevo, no se han podido superar los logros prepandemia, pero ahí van, al pasito.
El 6 de enero representa el fin de las festividades decembrinas-Año Nuevo. Aunque ya hablamos de que el ‘golpe de realidad’ nos llegó al inicio de la semana con los nuevos impuestos, ahora sí llegó el de a de veras. El lunes, de regreso al trabajo, a la escuela, a la normalidad que nos ha traído la pandemia y con la alerta de cuidarnos otra vez (y que nunca debimos dejar de hacerlo) porque ómicron llega con todo. El invierno apenas comienza.
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