Gonzalo Flores/Infrasónico
Para nadie es extraño que el bajista y miembro fundador de Pink Floyd, Roger Waters, siempre ha mostrado una postura crítica hacia la política global. Su música siempre ha sido un medio de expresión para ello.
Él, a los cinco meses de edad, perdió a su padre Eric Fletcher Waters, quien después de dedicarse a la docencia se enlistó en el Ejército británico durante la Segunda Guerra Mundial ante el avance de la Alemania nazi en Europa. Murió en acción en Anzio, Italia, el 18 de febrero de 1944 y su cuerpo nunca fue encontrado.
Aunque Roger era muy pequeño, a lo largo de su vida, esta situación marcó su existencia y en la discografía de Pink Floyd hay diversos temas relacionados con su postura. En directo, también es recurrente su protesta contra líderes mundiales del pasado y del presente.
Hace unos días, incluso, se hizo viral una entrevista donde el músico se enfrasca en una álgida discusión con un periodista de la CNN, Michael Smerconish, en torno a la inclusión del presidente norteamericano Joe Biden como criminal de guerra en su gira ‘This is not a Drill’, que, por cierto, estará en México a principios de octubre. Una discusión que lo colocó durante dos días como trending topic en Twitter.
Las polémicas en torno a las guerras no están exentas en el mundo del rock. Cuando Elvis Presley, en 1958, se enlistó en el ejército estadounidense causó gran impacto. Aunque el hecho sirvió para la socialización del ejército y el presidente de entonces, Eisenhower, Elvis perdió a su madre a causa del alcoholismo y hepatitis que le provocó el estrés de su conscripción. Fue un gran impacto para él, aunque continuó grabando y su carrera se volvió más popular cuando concluyó su servicio militar. Sin embargo, su adicción a las drogas incrementó, y a la postre fue la causa de su muerte en 1977.
John Lennon, tras la disolución de The Beatles, también se convirtió en un importante crítico de la guerra de Vietnam. Derivado de sus protestas en Amsterdam (Holanda) y Montreal (Canadá), es que se pudo conocer el tema ‘Give peace a chance’, que ha estado vigente hasta la actualidad.
Una actualidad en la que, en el mes de marzo de este año, 150 emisoras de radio de Europa se unieron para transmitir precisamente este tema, en un llamado a la paz en Ucrania ante la invasión rusa.
Un conflicto bélico que ha afectado tanto a músicos rusos como ucranianos. Un ejemplo, la banda femenina Pussy Riot, que desde antes fueron perseguidas por pugnar por derechos y libertades en su país. Apenas en junio pasado, dos de sus integrantes, Masha Aliójina y Olga Borisova, que lograron salir a escondidas de Rusia, emitieron en España un mensaje en el que criticaron la represión existente en su país.
“Aunque son tiempos muy oscuros bajo las nuevas leyes y es muy peligroso protestar, la gente sigue protestando y los admiramos. Esa gente está arriesgando su vida y su libertad. Rusia está protestando y creo que es importante hablar de ello porque muchos periodistas rusos repiten la propaganda rusa de que el 80 por ciento de los rusos apoyan la guerra, lo cual no es cierto”, afirmó Olga.
La semana pasada, el embajador de Corea del Sur en México, Suh Jeong-In, en su vista en Querétaro, advirtió que se avecina una nueva Guerra Fría a nivel global, por lo que los gobiernos locales juegan un papel importante para la diversificación económica que genere una reducción de la dependencia de cualquier país en particular, principalmente Estados Unidos y China.
Pero además de factores externos, de los que no dudo su afectación, a nivel interno, el país enfrenta su mayor crisis social. La polarización política, la normalización de la violencia, la desigualdad de oportunidades, la crisis económica, el deterioro ambiental, las delincuencias, el individualismo y un largo etcétera, nos ponen, tristemente, en una lucha contra nosotros mismos. Así lo retrata el Panteón Rococó: “Después de ocho horas de andar laborando/ Desesperanza se siente en el hogar/ Pues con la friega que hay a diario/ Ya no alcanza pa’ progresar/ Y así han pasado decenas de años/ Pues en un mundo globalizado/ La gente pobre no tiene lugar”.