De todas las causas sociales por las que luchamos día a día -equidad, feminicidios, homicidios, desapariciones, inclusión de grupos vulnerables, entre otros-, ahora sumamos luchar por mantener nuestras instituciones, nuestros sistemas de salud y lo más preocupante: nuestra democracia.
Lo que es un hecho, es que no podemos culpar de todo a este gobierno. México viene arrastrando deudas desde hace décadas, de gobiernos corruptos, cínicos, con visión a corto plazo, obsesionados por el poder.
Tampoco podemos decir que todo ha sido malo, por supuesto que han habido avances importantes en diferentes temas, pero el balance final es sin duda, un gran déficit, una gran deuda a los mexicanos.
¿Qué nos ha traído hasta aquí? La falta de conciencia, la apatía, el egoísmo.
Lo he repetido en varias ocasiones, no es culpa solo del gobierno, lo es también de nosotros como sociedad, que no hemos estado a la altura de elegir acertadamente a nuestros gobernantes, hemos fallado como electores.
Lo dijo hace poco José Luis Romero Apis: “no pedimos antecedentes, pedimos promesas…”
Cuando viajo por el país, no puedo evitar preguntarme el cómo se puede gobernar a un país tan grande, tan herido, tan lleno de contrastes, tan dividido. Y la respuesta que se me viene a la mente es ejercer realmente la democracia (sociedad y gobierno), y elegir gobernantes ESTADISTAS (aunque ahora que lo pienso ¿de dónde los sacamos?), a líderes con esencia humanista, con visión colectiva a largo plazo, no a populistas, ególatras, influencers, ambiciosos y machistas.
Cada año que cierra es una lección más de que no podemos continuar como estamos, es un grito desesperado a despertar y tomar acción con convicción, con pasión, con seriedad y compromiso.
Debemos replantearnos el para qué y el cómo y asumir la responsabilidad que nos toca.
¿Te sumas?
Lo más buscado
SECCIONES
Autores recientes
¿Cómo llegamos hasta aquí?
SUSCRIBETE
Obtenga las historias populares recientes directamente en su bandeja de entrada
NOTICIAS DE
MÁS NOTICIAS DE